KEbrard, el seudo segundo en Morena

Cuando un político no sabe perder “la grande” pierde el juicio. Moya Palencia, un patético ejemplo, AMLO fue despojado dos veces, pero político congruente, reinició la difícil lucha.

Labastida, otro que desequilibrado, mejor se dedicó a enriquecerse. KEbrard, pese a que la perdió, se ha dedicado a reiterar que es el segundo en Morena.

Reculó tras llamar “esa señora” a Claudia; ahora masculla, es la candidata. Ésta le dio soberano soplamocos: “en Morena no hay segunda, tercera ni cuarta fuerza”.

Marce no ha entendido que con la Presidenta se utilizará, cuando se requiera, “mano de metate”. En un régimen aún Presidencialista, al Primer Magistrado no se le rebasa ni por la izquierda. Marcelino sigue en sus “13”.

En política se requiere fortaleza de carácter. Pero los caprichos solo atraen problemas. Y el titular del Ejecutivo puede mandar al rezongón, a las Islas Fidji.

Remember JOLOPO- ECHEVERRIA. Por otro lado Marcelino, hombre estudioso, debería recordar una anécdota de Julio César. El Conquistador de las Galias con su ejército atravesaba a caballo un humilde caserío. Uno de sus soldados masculló palabras despreciativas sobre el poblacho. Oyólo César y afirmó: “Preferiría ser el primero en este lugar que el segundo en Roma”.

Moraleja, Marcelino, sin segundo lugar en Morena, debería volver a refugiarse en Francia, antes que le apliquen el ostracismo, como a Arístides El Justo, en Atenas.

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