Solidaridad en Tiempos de Crisis: Oaxaca ante la Migración

Por: Aquiles de Tesalia

En los últimos tiempos, el estado de Oaxaca se ha convertido en un escenario clave para comprender la realidad de la migración en México. La creciente llegada de personas en busca de un futuro mejor ha desencadenado una serie de transformaciones en la dinámica de la vida cotidiana y en la economía local. En esta columna, exploraremos cómo los negocios locales, las autoridades, y los estudiantes universitarios están respondiendo a esta situación, brindando ayuda humanitaria y oportunidades a quienes transitan por esta región en su camino hacia el “sueño americano”.

Negocios de comida que cambian su menú para ayudar a migrantes

Ana Laura Saldívar, una comerciante en Oaxaca, tomó una decisión valiente al dejar de vender sus tradicionales tacos y tlayudas para ofrecer comida venezolana a los migrantes que se han concentrado en la ciudad. Su historia es un ejemplo de cómo la solidaridad puede florecer incluso en momentos difíciles. Ante la disminución de sus clientes habituales debido a la presencia de migrantes, Ana Laura y su equipo encontraron una manera de ayudar a la comunidad migrante al mismo tiempo que mantenían su negocio a flote.

Lo que comenzó como una respuesta a la necesidad de recuperar la clientela pronto se convirtió en una colaboración intercultural. Cocineros venezolanos se unieron al equipo y comenzaron a preparar platos típicos de su país, como el pabellón criollo. Este plato se ha vuelto especialmente popular entre los migrantes debido a su sabor y a la falta de chile, que puede resultar incómodo para algunos paladares. La comida se ofrece a precios accesibles, lo que ha atraído a una gran clientela.

El gesto de Ana Laura y su familia no solo es un negocio, sino también un acto de solidaridad y compasión hacia los migrantes que atraviesan dificultades en su camino hacia un futuro mejor.

El papel fundamental del INM y los Grupos Beta

Las autoridades mexicanas, conscientes de la creciente presencia de migrantes en Oaxaca, han tomado medidas para brindar ayuda humanitaria a quienes la necesitan. El programa “Migratón 2023”, establecido por el Instituto Nacional de Migración (INM), tiene como objetivo proporcionar artículos esenciales, como zapatos, productos de limpieza, ropa y alimentos enlatados, a las personas en situación de movilidad bajo la protección del INM o alojadas en albergues.

El Grupo Beta de Protección a Migrantes, con más de tres décadas de existencia, desempeña un papel crucial en la salvaguardia de los derechos humanos de los migrantes en territorio mexicano. Estos equipos altamente capacitados brindan una amplia gama de servicios, desde primeros auxilios hasta asesoría legal y orientación sobre los riesgos del viaje. Su labor es fundamental para garantizar que los migrantes reciban la ayuda y el apoyo que necesitan en su travesía.

Estudiantes universitarios como agentes de cambio

Los estudiantes del Instituto de Estudios Superiores del Istmo de Tehuantepec (IESIT) han demostrado una notable solidaridad hacia la comunidad migrante. Estudiantes de enfermería, medicina y psicología han instalado módulos de atención en el albergue migrante “Hermanos en el Camino”. Ofrecen atención médica, dental y psicológica, brindando a los migrantes un respiro en su agotador viaje.

Erick David estudiante de enfermería en el IESIT, destaca que su formación los ha preparado para ser solidarios y preservar la salud de las personas, especialmente aquellos que han tenido que abandonar sus países en busca de una vida mejor. Durante su jornada, han atendido a más de 450 migrantes, abordando problemas de salud dental, enfermedades como el dengue y la gripe, y brindando apoyo psicológico.

El Centro de Movilidad Migratoria y el repunte migratorio

El gobierno de Oaxaca ha establecido el Centro de Movilidad Migratoria en respuesta al creciente número de personas migrantes que pasan por la región. Este centro ofrece transporte hacia la Ciudad de México a precios accesibles, aliviando la carga financiera de los migrantes. Andrés, un migrante venezolano, ha encontrado una manera creativa de financiar su viaje ofreciendo cortes de cabello en el centro.

El Centro de Movilidad Migratoria ha logrado trasladar a miles de personas en su búsqueda de un futuro mejor. Estos esfuerzos conjuntos, tanto de las autoridades como de la sociedad, son ejemplos concretos de cómo la solidaridad puede marcar la diferencia en medio de una crisis migratoria.
La visita de Blinken: Fentanilo y migración

La visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, y otros funcionarios de alto nivel destaca la importancia de dos temas clave: el fentanilo y la migración. El tráfico de fentanilo representa una amenaza urgente y, en medio del endurecimiento de las políticas migratorias, el flujo de migrantes continúa aumentando. Esta reunión entre autoridades de ambos países es una oportunidad para abordar estos desafíos de manera conjunta.

En conclusión, Oaxaca se ha convertido en un punto de encuentro de solidaridad y ayuda humanitaria en medio de la crisis migratoria. Desde negocios locales que adaptan sus menús hasta estudiantes universitarios y autoridades comprometidas, todos están desempeñando un papel crucial para brindar apoyo a quienes buscan un futuro mejor. Esta es una historia de resiliencia y compasión en tiempos difíciles.
Un Recordatorio de Nuestra Humanidad Compartida

En medio de las noticias a menudo abrumadoras y los desafíos a gran escala que enfrentamos en la actualidad, las historias de solidaridad y ayuda humanitaria como las que hemos explorado en Oaxaca nos recuerdan nuestra humanidad compartida. Son recordatorios de que, independientemente de nuestras diferencias, todos somos capaces de empatía y compasión cuando vemos a nuestros semejantes enfrentando dificultades.
Las decisiones valientes de Ana Laura Saldívar de cambiar su menú, de los estudiantes universitarios que ofrecen atención médica y de las autoridades que establecen centros de acopio y movilidad migratoria no solo son respuestas prácticas a una crisis, sino también un reflejo de la solidaridad que puede surgir en momentos de necesidad.

Más allá de las políticas y las fronteras, estas historias nos invitan a reflexionar sobre cómo podemos ser agentes de cambio en nuestras propias comunidades. Nos recuerdan que, aunque los desafíos pueden parecer abrumadores, cada acto de bondad y compasión cuenta y puede tener un impacto duradero en la vida de quienes lo necesitan.

Entonces, ¿qué podemos aprender de estas historias? Podemos aprender que la empatía y la acción pueden coexistir, que no importa cuán grande o pequeña sea nuestra contribución, todos tenemos un papel que desempeñar en la creación de un mundo más compasivo y solidario. La solidaridad trasciende las fronteras y las diferencias, y es una fuerza poderosa que puede unir a las personas en tiempos de adversidad.

Así que, la próxima vez que enfrentemos una crisis, recordemos las historias de Oaxaca y preguntémonos qué podemos hacer para marcar la diferencia en la vida de alguien. La solidaridad es una llama que siempre puede encenderse, y es a través de nuestros actos cotidianos de amor y compasión que podemos iluminar el camino hacia un mundo mejor.

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