Ferrocarril clandestino del sur, la ruta de la libertad de esclavos americanos en México
La mayoría de los estadounidenses saben que el “ferrocarril clandestino” de principios del siglo XIX transportó a unas 100 mil personas esclavizadas hacia la libertad en el norte de Estados Unidos y Canadá.
Pero pocos conocen el “ferrocarril clandestino del sur”, por el que los esclavizados caminaban hacia la libertad en México.
“Esta ruta de escape fue esencial para la historia de Estados Unidos”, dice la doctora Alice L. Baumgartner, profesora adjunta de Historia en la Universidad del Sur de California y autora de “South to Freedom: Runaway Slaves to Mexico and the Road to Civil War” (Hacia la libertad al sur: Esclavos escapados a México y la ruta hacia la Guerra Civil [de Estados Unidos]). “La amenaza de que los esclavizados escaparan a México desestabilizó la esclavitud en Texas y Luisiana”.
Baumgartner dice que una de las razones por las que la ruta del sur está menos estudiada es que no se basó en guías abolicionistas ni en casas seguras formales que eran comunes en las rutas del norte.
En su lugar, el “ferrocarril clandestino del sur” funcionaba principalmente a través de la trasmisión verbal entre los esclavizados.
Los trabajadores mexicanos que trabajaban en Texas, dice Baumgartner, a veces daban a los esclavizados indicaciones e información sobre las rutas hacia México. “Estaba mucho menos organizado de lo que solemos pensar”, concluye.
México prometió la libertad antes de Estados Unidos
Dado que México abolió la esclavitud en 1829, se convirtió en un lugar seguro donde las personas esclavizadas podían escapar y comenzar una nueva vida.
Baumgartner descubrió por primera vez el “ferrocarril clandestino del sur” en los archivos históricos de México. Allí se topó con el registro de un caso judicial en el que el propietario de una plantación de Texas cruzó a México para tratar de llevarse de vuelta a Estados Unidos a las personas esclavizadas que habían escapado. El sistema legal mexicano le negó su petición.
También, en esta época, los “Mascogos”, grupos de milicias organizadas de negros seminoles (indígenas de América del Norte), vigilaban a los propietarios de personas esclavizadas que intentaban hacer valer sus derechos legales en México.
Seguimiento de marcas desconocidas
Los historiadores y antropólogos han tratado de recrear el “ferrocarril clandestino del sur” con un mínimo de información y sin los artefactos y puntos de referencia de la ruta del Norte.
“El hecho de que no dispongamos de muchas fuentes sobre cómo funcionaba [la ruta] y cómo lo hacían en realidad es un testimonio del éxito y de lo extraordinarios que fueron al hacerlo, porque no dejaron ningún rastro que pudiéramos seguir nosotros o sus esclavizadores”, dijo Baumgartner.
En 2010, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos trazó una ruta teórica desde Natchitoches (Luisiana) a Texas y hasta Monclova (México).
Una nueva vida en México
Baumgartner y otros estudiosos han determinado que 10 mil personas esclavizadas escaparon a México entre 1700 y 1865. Durante el período estudiado por Baumgartner, de 1850 a 1859, ella calcula que 5.000 personas esclavizadas fueron a México, lo que la convierte en la parte más activa de la historia de la ruta.
Poco se sabe de sus vidas en México, aparte de que nunca regresaron a Estados Unidos.
En una historia oral de 1936, Felix Haywood, un antiguo esclavo de Texas, recuerda la elección de su familia entre ir al norte o al sur para encontrar la libertad.
Su familia se reía de los que sugerían ir al norte. “Todo lo que teníamos que hacer era caminar, pero caminar hacia el sur, y seríamos libres tan pronto como cruzáramos el río Grande”, dijo.
“En México podías ser libre”, continuó Haywood. “Cientos de esclavos fueron a México y les fue bien. Oíamos hablar de ellos y de cómo iban a ser mexicanos. Criaron a sus hijos para que sólo hablaran mexicano [sic]”.
El 200 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México y la celebración del Mes de la Historia Afroestadounidenses son ocasiones para reflexionar tanto sobre la esclavitud como sobre las formas en que las personas esclavizadas se resistieron a ella, ayudando a sentar las bases para un futuro más esperanzador.