¿Felices fiestas?
Por Carlos A. Dumois
¿Será que los buenos deseos en época navideña se han convertido en convenio social?
En estos tiempos recibimos todo tipo de saludos y expresiones de buena voluntad. Con el impulso de la tecnología y las redes sociales estas expresiones nos inundan de videos, imágenes, frases, tarjetas y no sé cuantas manifestaciones más del espíritu de la temporada.
De muchas que he recibido una llamó fuertemente mi atención. Se trata del mensaje que nos transmite la primera ministra de Italia cuando está haciendo el Nacimiento o Pesebre de su casa, en el que promueve que las familias que han dejado de hacerlo regresen a esa costumbre.
Giorgia Meloni habla de respeto a su cultura, y menciona que, en las escuelas de Italia, y de muchos países del mundo, les dicen a los alumnos que hacer el Pesebre ofende a los que creen en otra cultura.
La costumbre familiar de hacer el Nacimiento es ya de dos milenios. En mi casa tenemos una gran colección de ellos y los ponemos todos los años, como mi madre los exponía siempre en diciembre, y también mis abuelos, y los abuelos de mis abuelos.
La verdad es que estamos perdiendo muchas de las hermosas costumbres cristianas que traemos desde siglos atrás. En parte por la fuerza del consumismo, en parte por nuestro vacío de fe, y también por la corriente en contra que busca hacernos sentir culpables por seguirlas practicando.
Nos quieren convencer que es políticamente incorrecto tener en nuestras oficinas crucifijos, imágenes de la Virgen, Nacimientos. Que esas cosas le faltan el respeto a quienes no creen en nuestra fe. A mí me parece que no permitirnos manifestarnos con esas tradiciones en nuestras oficinas y en nuestras casas es una falta de respeto a nuestras creencias.
Para mí la Navidad significa mucho más que las vacaciones y los regalos. Recordamos con inmensa alegría al Niño del Pesebre, al que vino a darnos vida, para lo cual dio su vida.
Dice Giorgia: “Que se crea en Dios o no, en ese símbolo están resumidos los valores que fundaron nuestra civilización”. En la Navidad nosotros celebramos valores fundamentales que acompañan esos símbolos, esas añejas tradiciones.
Esos valores incluyen, sobre todo, la importancia de las personas, de cada persona. Ahora parece que hay más recursos y preocupación por los animales, y en particular por las mascotas, que por las personas. Incluso se está promoviendo que los animales tengan los mismos derechos que las personas. ¡Qué barbaridad!
Diariamente mueren miles de personas de hambre, y a muchos parece no importarles en absoluto. Miles de ucranianos y rusos mueren mensualmente en una guerra que sólo responde a la caprichosa voluntad de un hombre que no hemos podido detener.
Esto no es lo que el Niño del pesebre nos vino a decir.
¿Por qué la insistencia actual de decir “Felices Fiestas”? ¿Será que socialmente ahora es incorrecto decir “Feliz Navidad”? ¿Será que hay quienes se interesan por ocultar el origen de nuestros festejos de diciembre?
Está bien que Santaclós “traiga los regalos” a los niños. Está bien que pongamos arbolito de Navidad. Está bien que festejemos, vacacionemos y nos demos regalos. Pero que no se nos olvide que Él que llegó a Belén hace unos 2,000 años fue Jesús, y que vino a decirnos primordialmente que nos amáramos los unos a los otros.
La alegría que compartimos es por haber sido redimidos, es porque festejamos el acontecimiento más relevante de toda la historia humana. No perdamos perspectiva. No podemos festejar la Navidad con dignidad si no tratamos a todas las personas como tales. No podemos “vivir el espíritu navideño” sino respetamos a cada persona como única.
“Felices Fiestas” es una desafortunada expresión que manifiesta el quiebre que malintencionadamente pretende esconder el sentido de la Navidad. Es incongruente hablar de espíritu navideño si no hacemos un esfuerzo por mejorar, por respetar y cuidar a los demás. Es un tiempo de respirar sentimientos de hermandad ante todos los que nos rodean.
Ahora que nos acercamos a esta gran fecha los invito a rescatar el sentido de la celebración. Démonos un apretón de manos, o un fuerte abrazo, y digámonos con franqueza ¡Feliz Navidad!
c_dumois@cedem.com.mx
http://www.cedem.com.mx
Carlos A. Dumois es presidente y socio fundador de Cedem.
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.