¿Es momento de reactivar la economía?
Por Cristian Salazar Herrera
Este 11 de septiembre se cumplirán seis meses desde que Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el COVID-19 podría caracterizarse como una pandemia. En este tiempo, el nuevo coronavirus ha impactado gravemente en la salud y economía de los habitantes de todas las regiones del mundo.
En la actualidad, varios países de América Latina registran cifras elevadas de contagios y defunciones por COVID-19, por lo que se considera que la región es el epicentro de la pandemia. Al 4 de septiembre se registraban 7 millones 564 mil casos confirmados en América Latina y el Caribe, colocándose Brasil como el país con el mayor número de casos con 4 millones, seguido de Perú con 657 mil casos, después Colombia con 641 mil casos y en cuarta posición México con 616 mil casos.
El impacto del COVID-19 en América Latina se explica por los altos niveles de informalidad laboral, urbanización, pobreza y desigualdad, según el informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), denominado Salud y Economía: una convergencia necesaria para enfrentar el COVID-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe.
En nuestro país, el número de casos registrados disminuyó en las semanas anteriores, esto dio pie a que el semáforo de algunas entidades pasara de color naranja a amarillo y, por lo tanto, aumentara el número de actividades permitidas y la apertura de espacios públicos. No obstante, en los últimos días, las cifras oficiales reflejan que con la reapertura se ha incrementado el número de casos nuevamente. Al respecto, el Dr. Hugo López-Gatell explicó que podrían presentarse rebrotes en el territorio nacional, incluso algunos podrían ser mayores al primer brote epidémico.
La pandemia por COVID-19 parece plantear una disyuntiva: atender la crisis sanitaria o la económica. Sin embargo, no son ámbitos que se excluyan entre sí. De acuerdo con la CEPAL y la OMS, la reactivación económica no será posible mientras la curva de contagios no se controle, lo cual ha dependido de la suspensión de actividades no esenciales y otras medidas de distanciamiento social, la trazabilidad de los casos y su aislamiento, el monitoreo de los contactos y la intensificación de las pruebas de diagnóstico.
Una vez contralada la curva de contagios, se debe tomar en cuenta que la reactivación económica se dará en un marco de incertidumbre, no será lineal y habrá altas posibilidades de rebrotes. Por tal razón, la reapertura debe ser gradual y siguiendo protocolos que permitan contener la propagación del virus. Ambos organismos sugieren que, a fin de enfrentar los profundos impactos sobre las condiciones de pobreza y desigualdad, los gobiernos mantengan las transferencias monetarias y que lleguen a amplios estratos de la población, incluyendo aquellos que son vulnerables en caer en condiciones de pobreza. La coyuntura actual exige un nuevo pacto social para sostenibilidad que contemple la esfera de la salud y las áreas social, fiscal, productiva y ambiental, que pueda sentar las bases para construir un estado de bienestar.
La etapa de reconstrucción después de la pandemia requerirá que la salud sea concebida como un derecho humano y un bien público que necesita ser garantizado por el Estado, lo cual obliga a recaudar más, así como gastar más y mejor en este rubro. Asimismo, el informe considera fundamental consolidar sistemas de protección de salud social universales e integrales, basados en un enfoque de derechos y género y sensibles a las diferencias. En lo que corresponde a la política económica, ésta debe impulsar la reconstrucción mediante una política fiscal progresiva y un gasto público suficiente, eficiente, efectivo y equitativo, combatiendo debilidades estructurales de los sistemas fiscales, como la baja carga tributaria, su estructura regresiva y la evasión fiscal.
Ante la falta de una vacuna contra COVID-19, la cual podría estar disponible hasta el segundo semestre del próximo, según la OMS, es importante ser conscientes de que habrá rebrotes y, con ello, se volverán a restringir algunas actividades. A medio año de la declaración de pandemia de COVID-19, cada gobierno debe evaluar su política sanitaria y económica. En México, es necesario que las autoridades rectifiquen donde haya debilidades y continúen con aquello les ha resultado. Sin duda, es necesario que la discusión pública en nuestro país se centre en la construcción de un sistema de salud universal y una política fiscal progresiva.
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