Entregan Medalla Alberto Ruz L’huillier a Manuel Pérez Rivas
Manuel Pérez Rivas es el coordinador del salvamento arqueológico del Tren Maya
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), organismo de la Secretaría de Cultura federal, instituyó la Medalla Alberto Ruz L’huillier, distinción que le fue conferida al coordinador del salvamento arqueológico que acompañó la construcción del Tren Maya, Manuel Eduardo Pérez Rivas.
Al imponer la presea al arqueólogo, en un acto celebrado en el Museo Nacional de Antropología (MNA), el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, explicó que con la entrega de esta presea, dentro del Simposio Román Piña Chan, se busca reconocer la excelencia de quienes se dedican a la protección, conservación, investigación y difusión del patrimonio arqueológico del país.
“Para el INAH, esta labor titánica, que concita a hombres y mujeres formados en arqueología en una docena de instituciones de educación superior del país, además de profesionales en antropología física, biología, geografía, ingeniería geomática, antropología social, entre otras disciplinas, ha significado elevar la profesionalización del salvamento arqueológico.
“En ese sentido, Manuel Pérez Rivas es, hoy por hoy, uno de los principales exponentes de la aplicación rigurosa de las técnicas de salvamento arqueológico, y de los desafíos y adversidades a los que este se enfrenta, en términos de tiempo y de los intereses, no siempre concordantes, de diversos actores, sobre estas obras de infraestructura. De ahí que sea el primer investigador en recibir esta condecoración”, expresó el antropólogo.
El doctor en Estudios Mesoamericanos, agregó Prieto Hernández, concentra las virtudes de un verdadero profesor-investigador del INAH, conocedor del área cultural a la que se dedica, en este caso la maya, y comprometido con la divulgación de su conocimiento, lo mismo a la gente de las comunidades y al personal a su cargo, que a directivos de consorcios o altos mandos del ejército.
“Pero también es un arqueólogo consciente de lo que representa la conservación y el cuidado de los bienes arqueológicos muebles e inmuebles, aislados o integrados a zonas de monumentos. Él, con su obsesión por el trabajo, no solo ha coordinado el salvamento arqueológico del Tren Maya, sino que, en la actualidad, es responsable de la puesta al día de los sitios Paamul II y Cobá, en Quintana Roo, dentro del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas”, refirió el titular del INAH.
Tales méritos fueron respaldados por quienes se reunieron en el Auditorio Fray Bernardino de Sahagún del MNA, en el simposio enmarcado en la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH). Colegas, discípulos, la coordinadora nacional de Arqueología, Lorenza López Mestas, y el director de Salvamento Arqueológico, Salvador Pulido Méndez, aplaudieron la trayectoria de Manuel Pérez Rivas.
Al tomar la palabra, el homenajeado consideró que lo suyo ha sido, llanamente, el cumplimiento de su trabajo, una labor que respaldan, al menos, cuatro centenas de personas, “esa gente que no se ve es, quizás, la que merece el mayor reconocimiento. Ellos y ellas que pasaron su día entero en la excavación, haciendo recorridos de superficie o en tareas de gabinete, compilando y procesando datos. Comparto esta medalla con cada uno”.
Pérez Rivas dictó una conferencia magistral en la que detalló el marco normativo y la metodología aplicada en el salvamento arqueológico del proyecto ferroviario. A diferencia de otras obras de infraestructura, expuso, “en el Tren Maya se ha conseguido incidir en cambios al trazo y modificaciones del trazo (como puentes y viaductos), para proteger áreas especiales.
“Por ello, las determinaciones se encuentran respaldadas y sustentadas con la información recuperada y procesada por el equipo de trabajo. Ya no se trata de las decisiones de un solo académico. Asimismo, por su impacto mediático, el Tren Maya informa de manera periódica a la población de los avances y hallazgos principales”, indicó el arqueólogo.
En su ponencia enfatizó el uso de las herramientas tecnológicas en la prospección del terreno, como el LiDAR aéreo y los productos derivados del procesamiento de estos datos, entre ellos modelos 3D con alto grado de precisión sobre la consolidación y restauración de monumentos, por ejemplo, un conjunto habitacional donde se descubrieron una serie de entierros, o la conservación de bienes muebles, caso del Vaso del Sajal, de cerámica estilo Chocholá, grabada con un texto jeroglífico.
Una iniciativa pendiente, anotó, es la creación de la Bóveda Digital, en la que investigadores y el público podrán acceder a los productos de la investigación y bancos de datos. Con todo, “es necesario resaltar que la incorporación de los aportes tecnológicos en los trabajos del Tren Maya pueden adaptarse a las características de los contextos arqueológicos en cada región cultural.
“Siguiendo la filosofía de figuras emblemáticas del salvamento arqueológico, como Francisco González Rul, Ángel García Cook o José Luis Lorenzo, este equipo interdisciplinario, de aproximadamente 500 personas, ha demostrado que el trabajo arduo y sistemático es indispensable en proyectos de salvamento tan complejos. Gracias a esta labor, hoy, una parte de ellos ya son personal del INAH y ofrecen una perspectiva al trabajo institucional futuro”, finalizó.