El Costeño cuenta cómo nació

La historia de El Costeño comenzó lejos de los grandes foros. Javier Carranza recuerda que sus primeras funciones fueron en camiones, plazas públicas, pozolerías y colonias populares de Acapulco. Ahí aprendió a improvisar, interactuar con la gente y hacerlos reír en cuestión de segundos.

“Había que atraparlos en chinga, joder a la señora, platicar con el público… lo que ahora llaman cabaretear, yo ya lo hacía en los camiones”, relató.

Ese contacto directo con la gente moldeó su estilo y le permitió desarrollar una rapidez mental que más tarde sería parte esencial de su personaje.

El acercamiento con grandes comediantes

Mientras hacía carrera en Acapulco, Carranza buscaba acercarse a los grandes nombres de la comedia que visitaban la ciudad. Con ingenio, preparaba canastas con artesanías, tamarindos y cocadas, acompañadas de una tarjeta en la que se presentaba como comediante local.

“Yo no les pedía nada, solo quería que supieran que había un comediante presente”, recordó.

Gracias a ese gesto logró entablar relación con figuras como Raúl Vale, Falcón, Evelio, El Norteño y Luis de Alba, quienes comenzaron a invitarlo a compartir escenario.

El Costeño

El nacimiento del personaje

El punto de quiebre llegó cuando Luis de Alba lo invitó a trabajar con su equipo. Uno de los escritores, Manuel Rodríguez Ajenjo, le sugirió crear un personaje propio, inspirado en los lancheros y vendedores ambulantes de la playa en Acapulco.

“Me dijo: ya hablas como costeño, intenta hacer un lanchero… y entonces hicimos El Costeño”, explicó Carranza.

Para darle forma, Carranza y un colega se fueron a las playas a observar cómo vestían, hablaban y se movían los vendedores. De ahí nacieron los detalles del personaje: las chanclas, la iguana y la langosta de peluche, así como el estilo pícaro y directo que lo caracteriza.

De figura local a ícono nacional

Con el tiempo, El Costeño dejó de ser solo un personaje ambulante para convertirse en un símbolo de la picardía acapulqueña, llegando incluso a ser utilizado en campañas de promoción turística.

Carranza adaptó al personaje con elementos visuales que lo hicieron único y reconocible. Las iguanas y langostas que lo acompañan están registradas de forma oficial y se han convertido en parte esencial de su imagen.

Un estilo que nació en la calle

Hoy, El Costeño es uno de los personajes más reconocidos en la comedia mexicana. Pero Carranza nunca olvida que todo comenzó en los camiones de Acapulco, donde aprendió a improvisar con rapidez para ganarse al público antes de que se bajara en la siguiente parada.

“Yo no soy de estudio, soy de ensayo y error… ahí surgió el personaje”, concluyó.

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