Santa Cruz Xoxocotlán revive con fe y tradición el Viacrucis del Viernes Santo

En un ambiente de profundo respeto, fe y devoción, este Viernes Santo se llevó a cabo el tradicional Viacrucis en las calles de Santa Cruz Xoxocotlán, una representación que año con año reafirma el compromiso de la población con la preservación de sus raíces culturales y religiosas.
El Viacrucis, también conocido como la Vía Sacra, rememora el camino que Jesús recorrió desde su presentación ante Poncio Pilatos hasta su crucifixión y sepultura. En Xoxocotlán, este recorrido incluye 14 estaciones con pasajes escenificados por personas que representan momentos clave como las tres caídas, el encuentro con su madre, el consuelo a las mujeres de Jerusalén, la crucifixión y el sepulcro.
Una de las particularidades de la representación en este municipio es el “Encuentro”, que en esta comunidad se realiza frente al templo, en la última estación, a diferencia de otras localidades donde se representa en la cuarta.
En este momento cargado de simbolismo, los 12 apóstoles, seis con Jesús y seis con la Virgen María, se encuentran para cantar alabanzas, mientras soldados romanos dan lectura a la sentencia.
El papel de los apóstoles es central en esta tradición. Durante la semana previa al Viacrucis, las personas que representan a los apóstoles recorren el pueblo descalzos como acto de penitencia.
La tradición de los apóstoles en Xoxocotlán tiene una larga historia, pues desde hace décadas han formado parte esencial del ritual, aunque en un periodo entre 1954 y 1966 fueron representados por niños ante la falta de adultos. Antiguamente vestían con calzones de manta y una sábana al hombro, lo que les dio el apodo de “los sabanudos”.
A pesar del paso del tiempo y los cambios en las costumbres, muchas familias continúan con prácticas de respeto y reconocimiento, como el ayuno, la abstención de bañarse y la preparación de los alimentos desde muy temprano, para no realizar labores durante el día.
El Viacrucis en Santa Cruz Xoxocotlán no es solo una representación religiosa, sino un acto comunitario de gran valor cultural. Es una muestra viva de cómo la fe, la historia y la identidad del pueblo siguen caminando juntas.