Educar en Cuarentena

Roberto Flores

El inicio del nuevo ciclo escolar y los cambios en las formas de trabajo educativo generados por la crisis sanitaria del SARS- Cov-2 han detonado un sin fin de pláticas y debates en temas relacionados a la educación, al menos en México. En los últimos meses mucho se ha escrito y debatido tanto en revistas como en medios especializados; así como en la esfera de la opinión pública. Aspectos tales como la modalidad de las clases, las estrategias y herramientas a aplicar, y sobre todo; el uso de medios digitales y sus implicaciones tanto para los educandos, docentes y la familia han estado presentes en cada uno de los análisis.

Pero más allá de la polémica y de buscar quién tiene la razón o no, es necesario tener presente que la pandemia nos tomó a todos con los dedos en la puerta. Nadie estaba preparado para ésta crisis, al menos en el sector educativo tanto público como privado, por lo que asumir que las resoluciones tomadas y posteriormente implementadas por la autoridad educativa competente a nivel federal para el inicio del actual ciclo escolar no son las adecuadas, sería hasta cierto punto un argumento superficial o por lo menos simplista. Es innegable que todo siempre está en la posibilidad de sufrir mejoras.

Lo que realmente es digno de resaltar, al menos para muchas escuelas en México, es que a pesar de las carencias en infraestructura y tecnología (que no son temas menores), el factor humano (docentes, alumnado y familia) están haciendo frente a la situación. Es cierto, nunca se podrá comparar el recibir clases de forma presencial en un aula, rodeado de tus compañeros; con la vía virtual u online. Pero la actual contingencia está sacando lo bueno y malo de los directamente involucrados, personalmente desde una postura romántica; me quedo con lo bueno, con las ganas de superación a pesar de las adversidades.

De acuerdo con los datos referidos por el INEGI en el mes de mayo del presente año, 20.1 millones de hogares en México (56.4% del total nacional) disponen de conexión a Internet (https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2020/EAP_Internet20.pdf). Ante esto el panorama para las clases a través de las diferentes plataformas en internet no presentan un panorama halagador, al menos a corto plazo. Por eso se puede entender que la SEP haya buscado vías alternas en el enemigo público número uno para la educación; la televisión comercial.

Para Oaxaca el futuro inmediato no pinta muy bien, ya que aproximadamente apenas el 40% de la población cuenta con acceso a internet (https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2019/OtrTemEcon/ENDUTIH_2018.pdf) y a esto habría que agregarle los hábitos de consumo.

Hasta aquí solo se han mencionado algunos aspectos referentes al acceso a internet, detalles de uso y horas de consumo son motivo de otras reflexiones.

Alguien dijo alguna vez que sobrevive quien se adapta mejor a las circunstancias que lo rodean, en éste caso como sociedad debemos entender que no sirve de mucho buscar culpables o quién no está haciendo su trabajo. Debemos enfocarnos en generar soluciones que aporten y ayuden a la mejora de nuestras circunstancias y realidad; al menos en lo que se refiere a la educación.

@robertoflorest

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