Sobre Pelosi y su visita a Taiwán

El martes 2 de agosto Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, aterrizó en la ciudad de Taipéi, capital de la isla de Taiwán, como parte de una serie de visitas diplomáticas en el sudeste asiático. Este evento inmediatamente provocó una crisis internacional y encendió preocupaciones en el mundo ante la posibilidad del estallamiento de un nuevo conflicto armado, ya que la soberanía de Taiwán es un tema que se encuentra en disputa desde 1947. Si bien esta no es la primera vez que un alto mando estadounidense pisa la isla, sí se trata de un evento que tendrá una serie de consecuencias geopolíticas importantes en nuestro, ya de por sí, complicado contexto internacional. ¿Cuál es la historia detrás de todo este conflicto? ¿Por qué es relevante esta visita? Y ¿Será esto el detonador de la Tercera Guerra Mundial como muchos medios han pregonado?

Comencemos pues con la historia, ya que para poder comprender la situación del mundo en el que vivimos es primordial entender el mundo del que venimos. Tras el fin de la dinastía Qing en 1912, tanto la facción nacionalista del Kuomingtan y el naciente partido comunista Chino, con apoyo de la Unión Soviética, lograron unificar el país y poner fin al periodo de los caudillos que asolaron principalmente el norte del país. Sin embargo, en 1927 se rompería la alianza de los comunistas y los nacionalistas, comenzando así la Guerra Civil China, la cual estuvo dividida en dos fases, la primera de 1927 a 1936 cuando ambas facciones volvieron a unirse para enfrentar al Imperio Japonés en la Segunda Guerra Sino-Japonesa y la segunda fase de 1945 a 1949.

La facción comunista, liderada por Mao Tse Tung, resulto victoriosa y se declaró la creación de la República Popular de China (RPC), mientras que los nacionalistas que se refugiaron en la isla de Taiwán proclamaron ser el legitimo gobierno de toda China bajo el nombre de República de China con Chiang Kai-shek como su presidente. Tras la Guerra de Corea, Estados Unidos a través de su política de “contención del comunismo” apoyaría al gobierno en Taiwán para mantener su autonomía, una situación que ha perdurado hasta entonces. A partir de 1971 esta postura tendría un cambio significativo, reconocieron a la RPC con la política de “una sola China” y al mismo tiempo seguirían protegiendo la autonomía de Taiwán.

Desde entonces la situación de Taiwán ha sido bastante compleja y confusa, ya que oficialmente no son una nación soberana, no ocupa un asiento en la ONU, solo tienen el reconocimiento diplomático de 14 países, sus atletas deben de participar bajo el nombre de China Taipéi en competencias como los juegos olímpicos y China sigue reclamando que la isla es parte de su territorio por lo que en diversas ocasiones ha declarado sus intenciones de intervenir militarmente en la isla. A pesar de eso, se puede decir que es un país de facto independiente con un gobierno autónomo y democrático, tienen sus propias fuerzas armadas y su propia moneda, son la economía número 22 por su PIB, el 80% de sus habitantes se autodenominan taiwaneses en vez de chinos y la isla mantiene relaciones no oficiales con casi todo el mundo.

La visita de Nancy Pelosi pone en riesgo el statu quo, porque el gobierno de Beijing lo considera una intromisión en un asunto que consideran exclusivamente interno y una violación a su integridad territorial. Como parte de una demostración de fuerza, China anunció una serie de ejercicios militares con fuego real y recientemente anunciaron la aplicación de sanciones económicas a empresas estadounidenses que dependen de recursos y mano de obra china. Estamos viviendo en una época en la que la hegemonía de Estados Unidos se está poniendo en duda, la invasión Rusa de Ucrania y el asenso de China como la nueva potencia económica son solo muestras de este hecho que nos puede conducir a un cambio dentro del acomodo internacional.

¿Esta visita provocará la tercera guerra mundial? La respuesta es simplemente no, por tres factores principales; el primero es el factor militar, ya que China aún no tiene la capacidad para poder desafiar el poderío estadounidense, si bien es cierto que su ejercito se ha modernizado desde los años 80’s, aún está lejos de poder desafiar a los gringos con su tecnología. El segundo es el factor económico, China se ha convertido en la fabrica del mundo, el 50% de los productos creados en China son consumidos por occidente, un rompimiento de esas relaciones comerciales serían devastadoras para Beijing, además de que todo el petróleo usado por los chinos proviene del mundo árabe quienes son buenos aliados de los norteamericanos. Y por último está el elemento político, si China decide comenzar una invasión de Taiwán, quedaría en un total aislamiento político similar al que esta enfrentando actualmente Rusia, además de que eso podría unir a varios países del Pacífico, desde Japón hasta Australia, en un frente común para contener la agresión del dragón.

 

@AngeloRuiz96

 

 

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