Sobre las juventudes y los cambios sociales
Ahora que mi labor como profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM me ha llevado a hacer un análisis exhaustivo de la historia de México, sobre todo del periodo posrevolucionario y el denominado “Milagro Mexicano”, me encontré con una película que llamó bastante mi atención por los temas que representa. El filme se llama “Una Familia de Tantas” de 1949, dirigida por uno de los directores más prolíficos del cine mexicano, Alejandro Galindo.
El filme retrata a una familia de la esa entonces incipiente clase media-alta mexicana que es sacudida desde sus bases por la aparición de un vendedor de electrodomésticos que pone en entredicho la concordia familiar. Conforme se va desarrollando la historia notamos el carácter de los personajes, en el que el padre, Rodrigo Cataño personifica los valores conservadores y estrictos de la época como un jefe de familia represivo que muestra un gran desdén por todo lo innovador, que queda representado en la película como una simple aspiradora.
¿Por qué una aspiradora? Simple, en los años de la posguerra se había llevado a cabo un amplio proceso de industrialización en el país, los gobiernos de Ruiz Cortines y Miguel Alemán se caracterizaron por la mejora de las condiciones de vida para la mayoría de la población. Acompañado de esa época de bonanza, comenzaron a introducirse en nuestro país electrodomésticos estadounidenses que cambiarían de manera radical las interacciones de los hogares mexicanos. Con los electrodomésticos también se estaba importando el estilo de vida, los valores y los comportamientos estadounidenses y la película retrata esto mostrando a las y los jóvenes de la casa más abiertos a aceptar estos cambios para finalmente hacerlos propios de su forma de ser.
Nos encontramos entonces con un producto cultural que retrata el espíritu de la época, las nuevas innovaciones tecnológicas que habían traído consigo la industrialización después del mandato de Lázaro Cárdenas trajo también consigo nuevos valores que se estaban incrustando en las dinámicas sociales y familiares de la época, y fueron específicamente las y los jóvenes los que comienzan a cuestionar las creencias, valores y prácticas de sus padres hasta el punto de que se rebelan abiertamente en contra de ellos.
Para continuar con esta breve reflexión quiero retomar a uno de mis autores favoritos, Ronald Inglehart, quien habla precisamente estas “revoluciones silenciosas”. Su hipótesis establece que, a mayor crecimiento económico y desarrollo tecnológico, comienzan a surgir cambios culturales que pueden devenir en el desarrollo de nuevas prácticas, sistemas de creencias e instituciones. Es decir, que los cambios en las condiciones de vida de las personas generan en ellos nuevas motivaciones que los hace querer cambiar el mundo y un ejemplo de esto se ve precisamente retratado en la película. Se presenta un enfrentamiento y una ruptura del orden tradicional en el núcleo familiar, lo cual desencadena un choque de voluntades irreconciliables que al final obliga a los más jóvenes de la familia a salirse del hogar.
Esto convierte a “Una Familia de Tantas” en un filme que se mantiene vigente en nuestra época, ya que retrata dinámicas símiles de nuestro tiempo. Tenemos una generación de jóvenes que esta trasgrediendo todos los valores y creencias de la llamada “Generación X”, nuevamente estamos ante una generación que cuestiona esas viejas prácticas generando así un nuevo conflicto cultural que inevitablemente culminara en el establecimiento de un nuevo paradigma de comportamientos.
Algo que nos debe de quedar claro es que este proceso es cíclico. Otro momento donde se aprecia esta adopción de nuevos valores en los jóvenes fue en los años 60, que culmino con toda una serie de movimientos estudiantiles a lo largo del mundo y que tuvieron su marca en México en 1968. ¿Cuánto tiempo pasará para que nuestros hijos y nietos nos digan “Ok Millenial” y comiencen a cuestionar todas nuestras prácticas y concepciones del mundo?
@AngeloRuiz96