Salud mental

El pasado 10 de Octubre se conmemoró el día mundial de la salud mental, por lo que debemos recordar que la propia Organización Mundial de la Salud, ha definido a la misma como un estado completo de bienestar físico, mental y social, lo cual va mas allá de la simple ausencia de afecciones o enfermedades, es decir, el estar saludable, no implica solamente que nuestro organismo funcione de manera correcta, sino que nuestro estado de ánimo se encuentre en equilibrio y nuestras relaciones personales sean sanas.

 

Sin embargo, actualmente nos encontramos en una situación de crisis a nivel mundial, pues, el pasado once de marzo del presente año, se declaró que la enfermedad por coronavirus COVID 19 es oficialmente una pandemia, y a partir del 25 de marzo de este año, se decretaron medidas sanitarias para evitar su propagación, cómo lo son:  la sana distancia, la suspensión de las actividades no esenciales, y el aislamiento voluntario; lo cual, claramente cambia de manera radical la forma en la que interactuamos con los demás, es decir, llevamos siete meses de cuarentena, con las consecuencias emocionales y económicas que ello implica, y por si fuera poco, apenas el 1 de Octubre pasado, se amplió el periodo de contingencia al 4 de enero del año 2021, y regresamos  a semáforo naranja en la entidad.

 

Como consecuencia de lo anterior, hoy  vivimos con miedo e incertidumbre; no sabemos cuando vaya a solucionarse esta pandemia, nuestros negocios están cerrando, el desempleo está incrementándose, no podemos convivir con nuestros amigos y familiares de manera libre y tenemos el riesgo latente de enfermarnos.

 

Ahora bien, cuando un familiar o amigo se contagia de COVID 19, comienza un proceso terrible de incertidumbre, generándose un desgaste físico y emocional, pues, al no existir certeza respecto al tratamiento, el panorama se vislumbra desolador, y una vez que es hospitalizado, la falta de información alimenta más aun el temor a perder al ser querido.

 

Así, existe un desequilibrio emocional en los diversos sectores de la sociedad, pues los médicos prestan sus servicios en circunstancias difíciles por falta de insumos, exceso de trabajo y ante el riesgo latente de contagiarse de COVID 19, la modalidad a distancia de los estudiantes hace que pierdan la interacción directa con sus profesores y compañeros, aunado a la incertidumbre sobre su futuro, el sector laboral, ante la amenaza constante de perder su patrimonio o su fuente de trabajo, y el alcanzar oficialmente los 83, 781muertos en México, con historias de personas que han perdido a sus seres queridos sin poder siquiera despedirse de ellos, hacen que la salud mental merme, e incluso, se prevé que el próximo problema de salud sean el aumento en ansiedad, riesgo suicida, consumo de sustancias psicoactivas, violencia y conflictos intrafamiliares, sobre todo en personas con antecedentes de psicopatología, de hecho en menos de 40 días, tres mujeres en distintas fechas, han intentado quitarse la vida saltando del puente de la Central de Abastos de la ciudad de Oaxaca de Juárez.

 

Lo anterior hace que las necesidades de apoyo psicosocial se incrementen, es por ello que resulta indispensable crear una red de salud mental, en la que participen tanto el gobierno, en todos sus niveles, como la sociedad civil organizada, para brindar respaldo a las personas que se encuentren atravesando alguna de las crisis referidas, pues solamente a través de la empatía, la solidaridad y el apoyo mutuo, podremos salir delante de las secuelas de esta pandemia.

 

Pero es muy importante que sepas que no estás solo, existen redes de apoyo psicológico a través de organizaciones como los Centros de Integración Juvenil que te pueden escuchar y guiar,  y los puedes contactar a través de su página: www.cij.org.mx, o a su línea telefónica: 55 52 12 12 12.

 

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