Para salvar a la mariposa monarca, estos científicos quieren mover montañas

En las laderas de un volcán en el centro de México, el biólogo Cuauhtémoc Sáenz-Romero y su equipo imaginan un refugio climático para los abetos de oyamel y las mariposas monarca que dependen de ellos. En 2021, los investigadores subieron la montaña para plantar plántulas en temperaturas extremadamente frías, como parte de un esfuerzo por salvar a la especie de una muerte provocada por el clima.
A unas 80 millas de distancia, en la Reserva de la Biosfera de la Mariposa Monarca, millones de mariposas monarca (Danaus plexippus) encuentran refugio en los bosques de oyamel (Abies religiosa) después de una ardua migración desde Canadá y Estados Unidos hasta México para pasar el invierno. Ahora, a medida que el aumento de las temperaturas, las sequías y las enfermedades amenazan los bosques de la reserva de monarcas, los científicos esperan ayudar a estos árboles a migrar.
“Estamos haciendo algo diferente”, dice Sáenz-Romero, investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo en Michoacán, donde también se encuentra la reserva. “Si no hacemos esto, los árboles de la reserva de la mariposa monarca van a morir”, explica.
Bosques del futuro
Los bosques se mueven de forma natural; Se desplazan en muchas direcciones y elevaciones a medida que cambia el clima. En México, los árboles están migrando lentamente por las montañas, pero lo están haciendo a un ritmo más lento que el del cambio climático. En la reserva de la mariposa monarca, por ejemplo, las poblaciones más altas de oyamel ya están en las cumbres, dejándolos sin ningún lugar a donde ir.
La migración asistida ayuda a que el bosque se mueva más rápido de lo que lo haría de forma natural. Las semillas se recolectan en un lugar con un clima específico, como la reserva de monarcas, y se trasladan a un área que tendrá un clima similar en el futuro, explica Sáenz-Romero.
Monarcas en movimiento
Otra gran pregunta es si las monarcas encontrarán bosques recién migrados. Las investigaciones indican que los sitios actuales de invernada para las monarcas en México pueden volverse inadecuados tanto para los abetos como para las mariposas en el futuro, y algunas monarcas ya se están mudando a otros lugares. El invierno pasado, las mariposas monarca disminuyeron en casi 60 por ciento en las zonas de invernada mexicanas. Y sorprendentemente, los conservacionistas encontraron la colonia más grande a varios kilómetros de la reserva, descansando en los bosques de San Antonio Albarranes, cerca del volcán Nevado de Toluca.
Las mariposas están buscando sitios nuevos y más fríos porque los sitios anteriores son más cálidos, dice Sáenz-Romero, quien ha realizado investigaciones anteriores sobre el clima histórico y futuro del hábitat. En el Nevado de Toluca, la temperatura a 3400 metros es un grado Celsius más fría que a la misma altura en la reserva de monarcas.