Novelas y realidad nacional
Mariano Azuela históricamente muy temprano en 1916 con su excelente obra “Los de abajo” (que nuestro Gobierno regala en el Programa de Fomento a la Lectura y nosotros entregamos) reveló la desilusión de los protagonistas de la Revolución Mexicana.
Los ignorantes, vulgares, criminales y sucios seguidores de Demetrio Macías que primero acaban con tropas porfiristas que están abajo, en la hondonada. Después, en la batalla de Zacatecas son los que inician el triunfo cuando con valentía increíble escalan el Cerro de la Bufa y el resto de revolucionarios atacan y triunfan sobre las tropas del CHACAL Victoriano Huerta y lo expulsan del país.
Pero, Macías y su tropa, al final tropas federales, son emboscados y situados abajo, son derrotados y el cadáver de Macías queda viendo el cielo. Visión desalentada de Azuela sobre la tal vez estéril, violencia revolucionaria.
Casi 50 años después Juan Rulfo nos entregó su obra deslumbrante “Pedro Páramo”. ¿Paramo histórico? Porque Rulfo aporta esa visión desalentadora de la Revolución Mexicana secuestrada por caciques como Páramo y mientras en esos años los políticos “revolucionarios” seguían cantando loas a la Revolución, mientras se enriquecían, empobreciendo al pueblo.
Rulfo afirmaba “todos somos hijos de Pedro Páramo”, su visión en esos tiempos y circunstancias del voraz gobierno de Miguel Alemán, Páramo muere y finaliza la novela cuando al caer muerto se va desmoronando como ya se desmoronaban las ilusiones del pueblo en la costosa Revolución Mexicana.
Ese mensaje lo repitió Rulfo en plática con Benítez: “NOS ESTAMOS DESMORONANDO”, El pero los pueblos renuevan ilusiones. Construyen y reconstruyen su historia. Esa es la META DE UN PUEBLO que va a conquistar un nuevo Cerro de la Bufa y ahora pacífica pero inexorablemente va acabando con los Chacales que habían secuestrado las ilusiones y el futuro de México.
Pueblo que desmiente a los “intelectuales” de pacotilla, los de plumas alquiladas.