A pesar de ello, el gobierno ha señalado que Maduro asumirá un tercer mandato este viernes 10 de enero, en una ceremonia de investidura en el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento unicameral venezolano, dominado por el chavismo.
En las ciudades de Maracaibo y Maracay las protestas de la oposición fueron dispersadas rápidamente por funcionarios policiales y militares, mientras que en el centro de Valencia se dispararon bombas lacrimógenas, reportó la agencia de noticias Reuters.
Maduro cuenta con el respaldo del alto mando militar y los cuerpos de inteligencia policial y militar, mientras que González, que en septiembre abandonó el país por las amenazas de arresto y se instaló en España, emprendió una gira internacional, en la que varios gobiernos de la región y de Estados Unidos le expresaron su apoyo.
Tras el anuncio del triunfo de Maduro hace cinco meses, estallaron manifestaciones en las que fueron detenidas unas 2.000 personas, según el gobierno.
El reto de González
El candidato opositor ha prometido regresar a Venezuela para asumir el mandato como presidente, apoyado por un grupo de expresidentes de otros países, aunque no ha explicado cómo pretende hacerlo.
“Yo debo asumir el rol de comandante en Jefe”, dijo González Urrutia en un video en el cual instó a los militares a “romper” con la actual cúpula militar y ser “garantía de la soberanía y el respeto a la voluntad popular”.
El fiscal general, Tarek William Saab, y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, advirtieron que de volver al país, González será arrestado.
Las autoridades venezolanas incluso ofrecieron una recompensa de US$100.000 por la captura del aspirante opositor.
En septiembre salió del país y se instaló en España y actualmente está en una gira que lo llevó a Argentina y el lunes a Washington, donde se reunió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Como parte de las presiones en su contra, el martes pasado González denunció el “secuestro” de su yerno, Rafael Tudares, junto con una serie de detenciones ocurridas en los últimos días, entre quienes destacan el activista de derechos humanos Carlos Correa y el dirigente político Enrique Márquez.
Las detenciones también ocurrieron en el interior del país. En el sureño estado Bolívar, fronterizo con Brasil, agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvo al menos cuatro opositores desde diciembre, incluido el concejal Jeremy Santamaría.
Por su parte, en el andino estado Trujillo, otras cinco personas fueron arrestadas el lunes 6 de enero, reportó la prensa local.
Hasta el momento, las autoridades no han confirmado estas detenciones.