Los retos de la educación en México ante el Covid-19
El sector educativo es uno de los que más estragos ha sufrido debido a la pandemia de Covid-19. Si bien la educación en línea ha sido una solución ante esta crisis sanitaria, también se ha dejado ver la gran brecha digital en diversas partes del mundo. En México, la estrategia implementada por el gobierno pareciera ser pensada para “salir del apuro” y no se están tomando en cuenta las necesidades y las mismas carencias de la población.
Se han destinado inversiones millonarias a cuatro televisoras del país para transmitir clases las 24 horas del día, esa fue una de las soluciones que dio el Gobierno Federal ante la difícil situación educativa. Ahora, se entiende que se haya pensado en la televisión en el sentido de que la mayoría de los hogares tiene un televisor en casa; sin embargo, diversas comunidades del país, incluso, carecen de energía eléctrica y no se hable del acceso a las nuevas tecnologías. Por lo tanto, la estrategia no fue pensada de manera global.
Por otro lado, también existen las limitantes tecnológicas y pedagógicas respecto al personal docente para impartir sus clases en línea, ya que, controlar un grupo de alumnos vía virtual se ha vuelto uno de los grandes retos para estos. Ante esta situación, hemos preguntado al personal docente de escuelas públicas y privadas su opinión y percepción acerca de esta nueva modalidad de estudio a distancia.
Docentes: reto de enseñanza-aprendizaje
Thalía Ponce Dimas, profesora de nivel licenciatura, imparte clases a 90 jóvenes en la Universidad Insurgentes de la Ciudad de México. Considera que el trabajo con las clases en línea es más pesado que en presencial. Además, para ella, los retos en la educación están enfocadas más al uso de las tecnologías y la búsqueda del aprendizaje hacia el alumno.
En su caso, ha tratado de aprender sobre la marcha y considera que el problema más grande para los alumnos es de conexión, por lo que cree que es necesario mejorar la calidad de la red de internet; asimismo, considera que el sistema educativo en México no está preparado para esta nueva modalidad debido que no todos tienen acceso a las tecnologías necesarias.
“Los profesores deben ser más comprensivos, pero al mismo tiempo deben crear estrategias didácticas que faciliten el aprendizaje, ya que el proceso virtual modifica muchas cosas, desde captar la atención hasta la participación en clase; para mí, es necesaria la interacción humana”, puntualizó.
Por otro lado, Zayra Silvia Hernández, quien imparte clases a nivel medio superior a 69 alumnos en el Telebachillerato Comunitario No. 67 de San Francisco Coatlán, región Sierra Sur, Oaxaca; explicó que, para ella, ha sido complicado debido a que en el contexto donde se desempeña no cuenta con las herramientas tecnológicas que les facilite la realización de sus actividades escolares, además del aspecto económico, pues los jóvenes deben apoyar en labores de campo para el sustento de la familia.
En dicha zona rural consideran que esta modalidad no es la idónea para su formación y como docente, al no poder establecer contacto personal para conocer el nivel de aprendizaje que desarrolla cada estudiante, ha ocasionado que no le dé el seguimiento que en otro tiempo hubiera hecho. Prácticamente tiene que estar disponible las 24 horas debido a que el contexto de los estudiantes no permite establecer horarios fijos para clases.
También mencionó que el ingreso económico para adquisición de equipo tecnológico, plataformas digitales, pago de internet, formación docente relacionado con el uso de herramientas digitales para el enseñanza- aprendizaje, son algunos de los limitantes a los que se tienen que enfrentar, tanto alumnos como docentes.
Muchos de los jóvenes tienen como necesidad básica satisfacer su alimentación, vivienda y vestimenta antes de comprar una ficha para ingresar a un internet. Por lo que es necesario, mostrar empatía ante la situación que vive día a día cada alumno.
“El desempeño no es el mismo, ya que de manera presencial los alumnos interactúan, manifiestan emociones, aprenden de sus compañeros; permitiendo establecer estrategias específicas y logrando un aprendizaje significativo. Por lo tanto, al no cumplir con sus objetivos escolares, suelen sentirse frustrados; lo que origina altos índices de deserción escolar”, finalizó.
Monserrat Molina Zavaleta
A nivel básico, Monserrat Molina Zavaleta, imparte clases en el primer grado de la escuela primaria Benito Juárez en Santa Catarina Juquila. Atiende a 12 niñas y 8 niños. Comentó que esta modalidad ha sido difícil ya que tienen que involucrarse los padres de familia, estudiantes y docentes. Por lo que ha dificultado alcanzar los objetivos educativos propios del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Considera que es importante capacitar al personal docente con el uso de la tecnologías, programas y aplicaciones para mejorar el proceso educativo. También es necesario generar las condiciones para poder aplicar ese conocimiento, ya que, de nada sirve dominar la tecnología, contenidos programáticos, etc., si en la comunidad en donde trabaja ni si quiera hay servicio de internet, señal telefónica, incluso, luz eléctrica.
Por lo tanto, el personal docente tiene que reforzar su trabajo, ser investigadores y diseñadores de estrategias educativas para hacer llegar el conocimiento a pesar de los obstáculos. En un aula, el maestro observa el desempeño y habilidades de los niños, también sus debilidades y es ahí cuando intervienen para mejorar su desarrollo. En casa, se enfrentan a muchos obstáculos que, aunque se les dé indicaciones a los padres de familia, no lo cumplen; por ejemplo: hacerles las tareas a los niños, no tener un horario para estudiar, no establecer un ambiente adecuado sin distracciones para estudiar correctamente; entre otros.
Finalmente, Mayra Nancy Fabián Rojas, imparte clases en quinto grado de primaria en el Colegio Motolinía de Antequera. Atiende a 23 niñas y niños. Para esta maestra, la educación en línea ha sido un reto pues tiene la oportunidad de aprender; sin embargo, sabe que muchos no cuentan con internet o equipo de cómputo ideal para las clases, así como un espacio que puedan asignar para las mismas. En el caso de los estudiantes no todos tienen impresora para imprimir algunos materiales que se envían y se tienen que hacer adecuaciones para lograr el objetivo.
Las clases en línea se les dificultan por cuestiones técnicas como, por ejemplo, que a veces se va la luz y, por ende, el internet. Además, considera que el sistema educativo no está preparado para este tipo de modalidad de estudio, ya que no todos los estudiantes del país tienen las condiciones y se ven en desventaja.
“Este tipo de modalidad no es lo mismo, ya que deben implementar técnicas, herramientas y ajustes necesarios. Además, el desempeño no es el mismo en todos los casos, ya que hay estudiantes que requieren una atención más personalizada y cercana”, expresó.