Lecciones de la pandemia
El pasado 28 de febrero se cumplió un año desde que se detectó el primer caso de COVID-19 en México. Ante la propagación mundial de una nueva enfermedad, ningún gobierno estaba preparado para gestionar este fenómeno, cada uno se ha ido adaptando a las circunstancias y los resultados han sido distintos. Por eso, vale la pena reflexionar sobre algunas lecciones que ha dejado la pandemia en nuestro país.
En primer lugar, se debe destacar la importancia de la comunicación gubernamental efectiva. En un momento de tanta incertidumbre, es fundamental que los tres niveles de gobierno informen de manera clara y oportuna. Sin embargo, y como ocurrió en nuestro país, ante la recepción de mensajes contradictorios, muchas personas no han seguido las indicaciones sanitarias. Contando con una alta aprobación ciudadana, el presidente López Obrador y el Subsecretario Hugo López-Gatell no han sido capaces de predicar con el ejemplo; en tanto el primero sigue sin utilizar el cubrebocas en eventos públicos, el segundo -mientras les pedía a los mexicanos que se quedaran en sus casas- se fue de vacaciones a la playa.
Como segunda lección, la pandemia ha resaltado la importancia de fortalecer el sistema de salud, el cual es complejo y atiende de manera diferenciada a la población, además de ser financiado desigualmente, según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). De acuerdo con cifras oficiales, 45% de los pacientes hospitalizados por COVID-19 en el IMSS han fallecido, 31% en hospitales de las Secretaría de Salud y 32% en el ISSSTE. En cambio, sólo 16% de los ingresados en hospitales privados han fallecido. Para superar las deficiencias del sistema de salud mexicano, el representante de la OPS/OMS, Cristian Morales Fuhrimann, llamó a nuestro país a aumentar su presupuesto de salud: “Es el momento para que México, al mismo tiempo que aumenta la eficiencia de su sistema de salud, luchando contra la corrupción y haciendo procesos de compra más transparentes, incluyendo vacunas y medicamentos, aumente también su presupuesto de salud”. Morales Fuhrimann dijo que se necesita por lo menos un gasto equivalente al 3% del PIB para enfrentar los desafíos actuales.
Y, en tercer lugar, se debe prevenir y atender el problema de la violencia contra las mujeres. De acuerdo con el informe “Las dos pandemias: violencia contra las mujeres en México en el contexto del COVID-19”, elaborado en conjunto por Equis Justicia para las Mujeres, la Red Nacional de Refugios e Intersecta, durante la pandemia algunos tipos de violencia –como la violencia familiar, asesinatos y las llamadas de auxilio– se han intensificado, también han surgido otros contextos de violencia que afectan de manera diferenciada y desproporcionada a las mujeres. En este aspecto, la respuesta del gobierno ha sido lamentable: austeridad presupuestaria sin perspectiva de género ni derechos humanos; debilitamiento e incertidumbre presupuestarios de los refugios que atienden a víctimas de violencia; recortes presupuestales que tienen efectos negativos en programas que atienden a grupos en situación de vulnerabilidad; priorización de otros programas gubernamentales; y las fallas acumuladas de algunas políticas públicas.
Después de un año tan intenso, todos los actores de la sociedad deben reflexionar y discutir sobre los aprendizajes que ha dejado esta crisis. A partir de esto, se deben plantear estrategias que logren atender los aspectos mencionados.
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