La población de manatíes de Florida alcanza cifras récord: ¿cuánto durará?
Los manatís se han convertido en residentes permanentes del estado de Estados Unidos, pero acaban de llegar atraídos por el clima cálido y el desarrollo humano pero los mismos cambios que los han llevado ahí podrían convertirse en una amenaza.
Un nuevo estudio en PLOS ONE sugiere que los manatís de Florida (Estados Unidos) podrían ser más abundantes ahora que nunca antes en la historia humana de América del Norte. Algunos de los cambios impulsados por el hombre que ahora los amenazan pueden haber sido en realidad responsables del crecimiento de su población en los últimos dos siglos.
El manatí de Florida (Trichechus manatus latirostis) es una subespecie del manatí antillano y se encuentra principalmente en Florida. La población actual de manatíes en el estado se estima entre 8350 y 11 730.
Antes del siglo XIX, los manatíes que nadaban por Florida eran más como turistas, tenían sus hogares permanentes en el Caribe, según la nueva investigación. Los cambios drásticos en el paisaje por parte de los colonizadores europeos y los cambios en el clima impulsados por el hombre, coincidieron con la llegada de más manatíes a las aguas de Florida.
Ahora, a los expertos les preocupa que algunos de los mismos cambios que atrajeron a los manatíes a Florida estén dificultando su supervivencia.
La evidencia histórica sugiere que los manatíes eran raros
Arqueólogos de la Universidad del Sur de Florida y la Universidad George Washington en Washington, D.C. analizaron 67 informes arqueológicos, detallando alrededor de dos millones de huesos de animales que datan de hace 14 000 años, y casi ninguno de ellos eran huesos de manatí. Los pocos huesos de manatí que se encontraron se utilizaron como herramientas o adornos.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que los manatís eran raros o no estaban presentes en la Florida precolonial, y que las herramientas y adornos hechos con huesos de manatí habían llegado de los nativos americanos que comerciaban con pueblos del Caribe, donde hay evidencia arqueológica de personas cazando manatís.
Es posible que los manatís vivieran en aguas de Florida en ese momento, pero no eran cazados, de ahí la falta de huesos en los sitios arqueológicos, pero los autores del estudio consideran que esta explicación es poco probable.
Los manatís no fueron descritos en los relatos de los exploradores que desembarcaron en la bahía de Tampa entre 1528 y 1595, quienes habrían estado buscando fuentes de alimento. Algunos relatos de exploradores más antiguos incluían referencias poco claras, menciones de “lobos marinos”, por ejemplo, que ahora se cree que se referían a focas.
Las primeras narraciones escritas de confianza de manatís en Florida datan de finales de 1700, cuando el área era una colonia británica, pero incluso entonces, no hay muchos avistamientos documentados.
Pero en las décadas de 1920 y 1930, los avistamientos rutinarios de manatíes fueron reportados en los medios impresos.
“Cuando la gente los vio en el siglo XIX, fue noticia de primera plana”, dice Tomás Pluckhahn, arqueólogo de la Universidad del Sur de Florida y autor del estudio. A mediados de la década de 1950 Los informes dijeron que los manatíes eran “más abundantes” en la Bahía de Tampa, y los nombró “residentes permanentes” de Crystal River, ambos en la costa del Golfo de Florida.
Esto llevó a los autores del estudio a concluir que los manatíes estaban presentes solo en cantidades bajas, como visitantes ocasionales del Caribe, antes de establecerse permanentemente en Florida a finales del siglo XIX y durante el siglo XX.
“Lo que podemos decir con certeza es que los manatís están pobremente representados en los registros arqueológicos e históricos hasta el siglo XIX”, dice Pluckhahn. “Creemos que la hipótesis más probable es que no estaban presentes en cantidades muy importantes; creemos que Florida estaba en la periferia muy septentrional de su área de distribución, y solo ocasionalmente se extendían tan al norte cuando las temperaturas lo permitían”, explica.
Florida se vuelve más acogedora para los manatíes
Es probable que las aguas de Florida fueran demasiado frías para los manatíes antes del siglo XIX, cuando un periodo de enfriamiento llamado el Pequeña Edad de Hielo, que había comenzado en el año 1200, estaba terminando. A medida que los efectos de la Pequeña Edad de Hielo se desvanecieron durante el siglo XIX, los manatíes pueden haber podido expandir su área de distribución hacia el norte desde el Caribe hasta Florida.
Las aguas más cálidas debido a la influencia humana, debido al cambio climático o mediante la instalación de fuentes industriales como centrales eléctricas que calientan el agua—hizo que la región fuera aún más acogedora para los manatíes.
Los periódicos de finales de 1800 y principios de 1900 describen avistamientos de manatíes en áreas de aguas cálidas como puertos deportivos y embarcaderos de canales, según el nuevo estudio. Estos refugios de aguas cálidas creados por el hombre podrían haber facilitado la expansión del área de distribución septentrional de los manatíes.
Estas crecientes poblaciones de manatíes fueron protegidas por percepciones cambiantes y prohibiciones legales que también comenzaron implementarse en esta época.
En los registros periodísticos de principios del siglo XIX, a los manatíes a menudo se les llamaba peces, se les llamaba monstruos, y a algunas personas les preocupaba que pudieran salir del agua y caminar sobre la tierra.
“Con el tiempo, la gente empezó a entenderlos más como mamíferos que cuidaban de sus crías, que eran vegetarianos, por lo que no eran una amenaza para la gente”, dice Pluckhahn.
Nuevos desafíos para los manatíes de Florida
“En última instancia, es probable que la distribución de los manatíes fuera muy diferente en épocas anteriores”, dice Aarin Allen, ecologista de la Universidad Internacional de Florida que no participó en el nuevo estudio, en un correo electrónico. “Como señalan correctamente los autores, el establecimiento de centrales eléctricas a lo largo de la costa de Florida en los últimos 75 años ha permitido a los manatíes expandir su área de distribución más al norte”.
Aunque los manatíes prosperan en estas aguas más cálidas, los manatíes de Florida aún tienen que hacer frente a amenazas. La contaminación ha causado floraciones de algas nocivas y la disminución de las praderas marinas, la principal fuente de alimento de los manatíes de Florida.
“Se requiere un esfuerzo coordinado para proteger y restaurar los hábitats de los manatís, en particular las praderas de pastos marinos”, dice Allen, que atribuye el agotamiento de los pastos marinos a la contaminación.
En 2017, los manatíes de Florida fueron reclalificados de En Peligro a Amenazado bajo la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Estados Unidos, casi 50 años después de su inclusión inicial en la lista de especies en peligro de extinción. Sin embargo, un aumento en las muertes de manatíes en la costa atlántica de Florida desde 2021 llevó a la declaración de un “Evento de mortalidad inusual” para la región, que sigue en curso, y puede atribuirse principalmente a la desnutrición por la pérdida de pastos marinos, según Allen.
Los refugios de agua cálida para los manatíes alrededor de las centrales eléctricas también presentan un enigma.
Algunos conservacionistas piden que se conserven estas fuentes industriales de refugios de agua cálida para los manatíes, hasta se encuentren alternativas y se puedan sacar de estos entornos.
“Proporcionar un refugio térmico pasivo es fundamental, ya que nadie quiere ver una mortalidad masiva como resultado del cierre de las centrales eléctricas”, dijo en un correo electrónico Ray Ball, biólogo del Eckerd College que no participó en el nuevo estudio. La investigación de Ball ha propuesto un invernadero flotante como un refugio cálido alternativo para los manatíes si cierran las centrales eléctricas.
Para ayudar a los manatíes, es importante pensar de manera creativa sobre la independización de los manatíes de los refugios de calor de las centrales eléctricas y el manejo de la contaminación para abordar la disminución de los pastos marinos, dice Pluckhahn.
“No quiero que esta investigación se utilice para justificar que se quite a los manatíes [de la lista de especies en peligro de extinción]”, dice Pluckhahn. Y concluye: “Creo que lo que muestra esta investigación es que los humanos son en gran parte responsables de la expansión, el número y el rango de los manatíes, y eso nos hace responsables de su bienestar”.
National Geographic