El fármaco contra el VIH que protege con solo dos inyecciones al año, según Science

Lenacapavir, un tratamiento que se administra por vía subcutánea cada seis meses, es capaz de prevenir la infección con una eficacia muy alta en población de riesgo

A principios del pasado verano, un ensayo realizado en 5.000 adolescentes y mujeres jóvenes en el África más azotada por el VIH mostró que un fármaco que se inyecta solo dos veces al año era capaz de prevenir nada menos que el 100% de las infecciones en la muestra estudiada.

Lenacapavir, que así se llama el tratamiento, mostró meses más tarde, cuando el verano estaba acabando, una eficacia que también rozaba esas cifras en un contexto diferente, entre 2.000 personas de distinto género que mantenían habitualmente sexo con hombres.

Estos datos pusieron sobre la mesa el potencial del medicamento, desarrollado por Gilead, para contener la expansión de las infecciones si se usa en personas de riesgo como profilaxis preexposición, la conocida como PrEP, lo que le ha valido el reconocimiento de descubrimiento del año por parte de la revista Science.

La revista destaca además que el fármaco ha permitido ‘destapar’ una diana para dirigirse al VIH que antes desconocíamos, lo que abre la puerta a nuevos abordajes que podrían ser útiles frente a este y otros virus.

La investigación básica que ha conducido al tratamiento, señala el texto, proporciona una nueva comprensión de la estructura y función de la cápside del VIH, una especie de cubierta que protege la información genética del virus y a la que lenacapavir se dirige.

Este mecanismo de acción único del fármaco es, precisamente, lo que le confiere una capacidad para ser efectivo ante infecciones que se han hecho resistentes a otros tratamientos, un uso para el que actualmente tiene aprobación.

Un avance en la prevención del VIH

Esta es la tercera vez que la revista Science elige un descubrimiento relacionado con el sida como el descubrimiento del año. En 1996, el desarrollo de las primeras terapias realmente efectivas frente al virus protagonizaron el reconocimiento. Lo mismo pasó en 2011, cuando se demostró que indetectable significaba intransmisible.

Y en este 2024, Science valora “el siguiente, aunque no último, paso en la lucha contra el sida, donde la rigurosidad de los laboratorios y las necesidades de la humanidad son inseparables”, tal y como cita el editorial de la revista.

“Aunque la vacuna que pueda acabar con la pandemia sigue siendo escurridiza, el desarrollo de lenacapavir, un fármaco inyectable de larga duración que puede tomarse de formar preventiva por personas en riesgo de exposición al VIH, representa un avance en la prevención del VIH similar a descubrimientos anteriores con antirretrovirales“, cita el texto.

“En mi opinión es un gran avance, sobre todo en la prevención, como medio para frenar la epidemia”, apunta Luz Martín Carbonero, especialista de la unidad de VIH del Hospital La Paz (Madrid) y miembro de GeSIDA, quien subraya los magníficos resultados del fármaco en los citados ensayos, realizados en contextos donde sigue habiendo una importante circulación del virus.

“En el primer ensayo, realizado en mujeres en África se registraron cero infecciones en una muestra de 5.000“, recuerda la especialista. “A día de hoy, en algunos contextos, puede ser lo más parecido a una vacuna que podemos tener”.

Actualmente el fármaco está aprobado para tratar a personas con resistencia a otros tratamientos, pero su principal potencial está en la prevención, sobre todo en contextos donde el acceso a la PrEP convencional es complicado, sigue existiendo un gran estigma en torno al virus o hay un gran número de personas en riesgo, señala, en la misma línea Ramón Morillo, especialista en Farmacia Hospitalaria del Hospital de Valme (Sevilla) y miembro de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH).

“Puede ser un fármaco muy útil para evitar la transmisión de la infección en poblaciones vulnerables, por ejemplo en África. Puede ser efectivo para la prevención puesto que la vía de administración y la pauta posológica permiten que la población puede acceder a esa protección de una manera más sencilla. Facilita la adherencia, lo que permite una protección mantenida. Y esa protección mantenida en el tiempo puede ayudar a frenar nuevas transmisiones y lograr una prevención comunitaria. Probablemente no sea el único fármaco que pueda ayudar en este objetivo, pero supone un salto importante”, señala.

Javier Martínez-Picado, investigador principal y profesor ICREA de IrsiCaixa, coincide en señalar que el principal potencial del fármaco está en su papel en la prevención, más que como tratamiento frente a la infección, aunque recuerda que una pauta de administración de dos ‘pinchazos’ al año también plantea dificultades para lograr una adherencia sostenida.

El investigador destaca el mecanismo de acción del fármaco, que inhibe la cápside del virus, una especie de cubierta similar a un balón de fútbol que recubre y protege el material genético. El fármaco consigue inhibir al virus tanto a la entrada como a la salida de las células, lo que le da una doble vía de actuación.

En sus páginas Science destaca que dado que muchos otros virus tienen también proteínas cápside, este descubrimiento abre “la emocionante perspectiva de que inhibidores de cápside similares también puedan combatir otras enfermedades virales”, si bien Martínez-Picado recuerda que no todas las cápsides son iguales, por lo que haría falta investigar inhibidores particulares para cada caso.

Science también hace hincapié en que el hecho de que lenacapavir pueda convertirse en un fármaco clave para acelerar la prevención frente al VIH depende en gran medida del acceso al fármaco.

“El precio, que aún no se ha fijado, determinará quién puede permitírselo”, señala el documento. Actualmente, para la indicación que tiene aprobada, el fármaco ronda los 20.000 euros en España, una cifra que se duplica en EEUU.

El pasado mes de octubre, Gilead anunció la firma de acuerdos de licencias voluntarias con seis compañías para la producción y suministro de genéricos de lenacapavir en 120 países en desarrollo, si bien Science apunta que ese plan no recoge la situación de países de recursos medios como Brasil, que tiene las mayores cifras de VIH de toda América Latina, un dato que ya habían señalado diferentes organizaciones.

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