Denuncian discriminación y violación de derechos humanos en el SUNEO
Agencia Proceso / Pedro Matías
La comunidad estudiantil y académica de la Universidad de la Sierra Sur (Unises) denunció a las autoridades universitarias por acoso, amenazas y discriminación, debido a las prohibiciones relativas a la vestimenta, el color de cabello, el largo de las faldas y los tatuajes.
En un documento dirigido al presidente Andrés Manuel López Obrador, al gobernador Alejandro Murat Hinojosa, a la CNDH, al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y al rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (Suneo), Modesto Seara Vázquez, los inconformes calificaron de “autoritarismo” el imponer “medidas a modo” desde lo que ellos consideran “correcto”.
Aclararon que “no nos oponemos a los códigos de vestimenta o al hecho de hacer valer los reglamentos escolares, sino al hecho de que éstas sean precisamente imposiciones de la mentalidad retrógrada de nuestras autoridades”.
Insistieron en que estas medidas son “un retroceso en la educación, en la lucha de las mujeres de todo el mundo en busca de la equidad, un atentando contra los derechos humanos fundamentales respaldados por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y de los cuales derivan los valores de nuestro Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (Suneo)”.
El personal docente, administrativo y estudiantes de la Universidad de la Sierra Sur ubicada en Miahuatlán de Porfirio Díaz, manifestaron que en los últimos meses “nuestros alumnos han sido intimidados, acosados, discriminados y amedrentados por las autoridades universitarias, se nos ha prohibido cierta vestimenta, color de cabello, largo de las faldas, y otras medidas que afectan a la comunidad universitaria, imposiciones que van en contra de la equidad de género”.
El reglamento de alumnos de licenciatura vigente no es claro en este sentido, ya que menciona que el alumno debe vestirse de acuerdo a su “calidad de estudiante universitario” criterio que es interpretado por la “visión moralista y religiosa” de la vicerrectora académica, Sandra Karina Ramírez Vásquez, y respaldada por el vicerrector de Administración, Erick Alexis Ochoa Valencia.
Los denunciantes dijeron haber sido víctimas de discriminación “por los tatuajes que algunos tenemos, se nos ha exigido que no sean mostrados, se nos señala de forma negativa, considerando que la expresión de nuestra individualidad tiene un impacto en nuestro desempeño profesional, pero la medida es discriminatoria porque solo aplica a los profesores mexicanos, pues los profesores extranjeros están exentos de ellas”.
“El malinchismo está fuertemente interiorizado en nuestros vicerrectores; denotando la falta de empatía, de respaldo y respeto con la aplicación de estas medidas”, agregaron.
Aunado a esto, piden que se revisen los procesos de licitación pública en la infraestructura, particularmente en el edificio de la División de Estudios de Posgrado, porque presenta daños estructurales importantes, lo que es un riesgo inminente para la comunidad universitaria “al situarnos en una zona de alto riesgo sismológico”.