¿Cuándo cierran filas con García Harfuch?

Dice gente enterada de los entresijos de la seguridad nacional que apenas una décima parte del aparato moreno, entre gobernadores, dirigencia, gabinete y legisladores, responde sin titubeos al poder en turno, mientras que el resto se quedó plegado a personajes ya fuera de la escena, por lo menos en apariencia.

Más allá de lo subjetivo que pueda resultar ese cálculo, no deja de ser extraño que la otrora multiplicación de desplegados de los gobernadores y los líderes partidistas y camerales cerrando filas a la menor provocación hoy sean excepción y hasta tardíos, como el reciente arropando a la Presidenta después de dos meses de embestidas cotidianas de Donald Trump, quien suele anteponer eso de que ella es una nice lady a su retahíla de amenazas.

Entendiendo que esta clase política afianzada en el poder tiene sus códigos y acuerdos, y hasta desacuerdos públicos, amarres, compromisos y promesas por cumplir después de la elección de 2024, salta a la vista que ese otro noventa por ciento moreno del que hablan los que saben esté regateando apoyos al cuadro más visible de la actual gobernante, Omar García Harfuch, pensando acaso más en cálculos electorales para el futuro que en la seguridad de un país.

Ya lo bajaron primero de su aspiración a ser candidato a jefe de Gobierno, violando la propia normativa partidista basada en encuestas, en las que duplicó la preferencia por Clara Brugada, y ahora que debe tener en teoría el control total en materia de dirección y estrategia de seguridad pública, ha debido esperar a que se publicara en el Diario Oficial esa facultad. Ya en Sinaloa quedó claro que la falta de apoyo de las otras fuerzas federales derivó en el asesinato de uno de sus agentes justo cuando él estaba en aquella entidad.

Si ese regateo de apoyo prosigue, ahora ya sin justificación o ardid legal de por medio, exhibirá un boicot desde la élite del poder a la estrategia de la Presidenta, que ha confiado el área a un especialista, un técnico en la materia, cuya principal orientación ha sido el trabajo de inteligencia, los golpes precisos, antes que la propaganda de los abrazos y balazos, así deban atenderse de forma paralela las causas del crimen.

Esto cuentan los que saben. Y que están ahí, en primera fila.

 

 

 

 

 

 

Agencia:MILENIO

Opinión – Alfredo Campos Villeda

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