Un año de crisis de aprendizaje; se cumple 365 días de clases a distancia

CIUDAD DE MÉXICO.
El timbrazo de entrada a las escuelas del país se sustituyó hace exactamente un año por el clic del botón de encendido de la televisión.
La escuela tal y como se conocía con aulas llenas de alumnos y el bullicio a la hora del recreo se esfumó a causa de la pandemia de covid-19.
Analfabetismo digital, estrés, tristeza, frustración, falta de equipo de cómputo, de un lugar cómodo y silencioso para dar o recibir clases o simplemente de una tele, son sólo algunos de los obs-
táculos de la educación a distancia que han enfrentado alumnos, maestros y padres de familia, tras la puesta en marcha del programa Aprende en Casa.
Crisis de aprendizaje, problemas de salud física y mental, agotamiento pandémico y abandono escolar de al menos 3 millones 767 mil 259 estudiantes es parte del saldo de intentar aprender fuera de las aulas.
El ciclo escolar 2019-2020 llevaba 75% de avance cuando inició la cuarentena. De un día a otro, millones de estudiantes dejaron de ir a los salones de clase.
Aprende en Casa fue la respuesta gubernamental para salvar el ciclo escolar, a través de la televisión, la radio, libros de texto y el contacto virtual entre alumnos y maestros en educación básica, que se puso en marcha el 23 de marzo de 2019. Hoy la estrategia ya va en su tercera temporada.
“Al inicio del ciclo escolar se anunció que se había perdido el contacto con 10% de los alumnos de educación básica, y de media superior, pero también con 10% de los maestros, es decir, claramente hay una crisis en el sistema educativo y no se tomaron decisiones de Estado para poder afrontarla; el resultado es obvio, los niños no están aprendiendo, por cosas muy simples: 8 de cada diez niñas, niños y adolescentes antes de la pandemia no veían televisión, sólo usaban dispositivos móviles, particularmente en redes sociales gratuitas, entonces regresarlos 40 años antes a ver Chabelo y la catafixia con una mala producción no funciona”, advirtió Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
La pandemia de Covid-19 vino a exhibir varios problemas del sistema educativo mexicano, entre ellos el analfabetismo digital.
Los maestros y maestras se dieron cuenta que eran prisioneros no sólo del aislamiento en casa, sino también de la tradición en la que los formaron: enseñar cara a cara a sus alumnos y no a través de una pantalla. Hay estimaciones que refieren que hasta 60 por ciento de los profesores podrían ser analfabetas digitales.
En noviembre, una encuesta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) reveló que prácticamente la mitad de los estudiantes, pero no sólo ellos, sino también sus maestros, los directores de las escuelas e incluso los padres de familia, mostró algún indicio de malestar emocional vinculado con el trabajo educativo desde casa.
Sentimientos de estrés, ansiedad y depresión para algunos resultaron inmanejables.
“Más allá de que la tercera temporada de Aprende en Casa ha ido mejorando, deja mucho que desear, es un método que es vertical, unidireccionalidad y pasivo; el contacto entre familias y docentes ha sido por el mérito de ellos mismos, hay que ver cómo se perdió la gratuidad de la escuela pública porque el costo lo pagaron las escuelas y las familias que gastaron en internet, en datos, en hacer fotocopias y en eso no hubo apoyo de las autoridades. Ellos mismos se organizaron para sacar adelante la educación de sus alumnos y de sus hijos”, planteó David Calderón, presidente ejecutivo de Mexicanos Primero.
De acuerdo con los resultados de la encuesta Experiencias de las comunidades educativas durante la contingencia sanitaria por Covid-19 de Mejoredu, los alumnos experimentaron enojo y frustración por no entender las actividades y por no estar aprendiendo lo que se les enseña a través de la televisión, mientras que sus maestros reportaron estrés por la sobrecarga de trabajo que tenían que empatar con las tareas domésticas.
“No hay una posibilidad de que la televisión que siempre es informativa pueda generar interacción, tampoco está representando posibilidad de aprendizaje y esto se está traduciendo en que los maestros y maestras envían una cantidad enorme de tarea que no pueden revisar por la cantidad de alumnos; los niños en casa presionados por papá y mamá que no quieren que pierdan el grado escolar, entonces los tienen entretenidos, cansados y a veces torturados con la tarea que nadie va revisar y seguimos teniendo el cálculo político y económico de no mover nada, menos ahora acercándose las elecciones”, lamentó Juan Martín Pérez García de la Redim.
En la primera etapa de Aprende en Casa, seis de cada diez docentes (62%) encontraron que algunos estudiantes habían estado excluidos de las actividades de trabajo a distancia y 40.9% dijo que menos de la mitad de los niños y jóvenes que integraban sus grupos habían sido excluidos.
En cuanto al acceso a equipo de cómputo, la encuesta de Mejoredu señala que 62.7% y 50.2% de estudiantes de primaria y secundaria, respectivamente, no tuvieron acceso a una computadora para realizar sus tareas escolares en casa durante la primera etapa del programa.
Además, tres de cada diez alumnos de primaria y casi cuatro de cada diez de secundaria no tuvieron un lugar tranquilo para estudiar sin distracciones.
Materiales
La SEP desarrolló diversos materiales educativos para que los alumnos aprendieran en casa y diversas instituciones dieron libre acceso a sus materiales en línea, pero 60% de los niños mexicanos en edad escolar no tiene conectividad en sus hogares, para poder hacer uso de ellos.
“Entonces, las oportunidades no son reales, es decir, si la difusión de los materiales no se acompaña de la entrega de computadoras y contratos de internet básico en casa, así como de capacitación a maestros, se trata básicamente de una simulación”, dijo Pérez García.
Apenas en diciembre el aún secretario de Educación, Esteban Moctezuma dejó en claro que hasta que la pandemia se haya declarado totalmente vencida, el programa Aprende en Casa continuará, aunque la semana pasada el secretario de Salud, Jorge Alcocer, anunció que ya se trabaja en el protocolo de reapertura.