Los migrantes y la materia oscura
En la mente de Donald Trump, su prole y equipo que lo acompaña, Estados Unidos se basta con ellos mismos, entendiendo por “ellos mismos” la raza blanca, porque no alcanza a dimensionar el cosmos que representa esa nación, como hoy casi todas, nutrida y pincelada a base de una paleta de colores que pasa por negros, orientales, latinos y caucásicos europeos, entre otras minorías que cada vez son más representativas.
Desde su ceguera voluntaria, el magnate casinero y los suyos perciben a los migrantes como la materia oscura, invisible e impalpable, pero sin reparar en el hecho de que desempeñó un papel central en la formación de la estructura del universo. Escribe Lisa Randall en el libro La materia oscura y los dinosaurios: la sorprendente interconectividad del universo (Acantilado, 2015): “Puede compararse al grueso de la sociedad, a la infravalorada tropa”.
Aun siendo invisibles para las élites que toman las decisiones, los numerosos trabajadores que construyeron pirámides, autovías o circuitos electrónicos fueron cruciales para el desarrollo de sus civilizaciones. “Como otras partes de nuestra población que pasaron desapercibidas, la materia oscura fue esencial para nuestro mundo”, plantea la catedrática de física de la Universidad de Harvard.
Una visión racista, discriminadora a priori, permite a este grupo de poder ver en toda su expresión la criminalidad de los incontables migrantes pillos, que los hay a montones, pero no la aportación fundamental de los millones que trabajan de sol a sol para que esa sociedad funcione y pueda, como quiere su presidente, aspirar a ser grandiosa de nuevo, si se atiende su silvestre eslogan. ¿De dónde se imaginan que vendrá la mano de obra que mantiene activos sus negocios?
La gran lección de la física, nos cuenta Randall, es cuánto permanece oculto a nuestra vista, además de que pese a la mala reputación del concepto, la materia oscura no es oscura, es transparente, y no todo lo oscuro está asociado al mal tipo Darth Vader, pues ahí está el Caballero Oscuro, es decir, Batman (“era un buen tipo, aunque complicado”).
No se ve la materia oscura, como Trump no ve el valor del trabajo migrante, pero vaya que influye en el entorno. Palabra de académica de Harvard.
Opinión – Alfredo Campos Villeda
Agencia: MILENIO