De la Era Dorada a la Diplomacia Global: Retos y Oportunidades para México
Armando Zúñiga Salinas —Enlace Legislativo y Consejero de Coparmex Nacional, Presidente de ASUME y Grupo IPS, Consejero del CCE y Concamin— reflexiona sobre los desafíos y oportunidades para México en el nuevo contexto internacional tras la toma de posesión de Donald Trump.

Con la toma de posesión de Donald Trump como el 47.º presidente de los Estados Unidos el pasado 20 de enero, su discurso, los eventos en torno a su investidura y las reacciones generadas confirman el inicio de una nueva etapa. Trump denominó esta era como la “Era Dorada”, la cual, según él, estará marcada por el desarrollo de Estados Unidos bajo un enfoque de prosperidad y respeto global. Este contexto tiene implicaciones relevantes para el orden mundial y, en particular, para México, sobre las que conviene reflexionar.
La presencia del vicepresidente chino, Han Zheng, en la ceremonia de toma de posesión, así como la felicitación del presidente ruso Vladimir Putin, quien manifestó su disposición a dialogar con la nueva administración estadounidense, reflejan un cambio significativo en el tablero geopolítico global. Estos acontecimientos confirman el tránsito hacia un mundo tripolar, lo que podría abrir la puerta a una distensión en conflictos bélicos como el de Ucrania, favoreciendo la estabilidad internacional.
Además, se observa el avance de una corriente de pensamiento que reivindica la soberanía de las naciones frente al globalismo. Esta tendencia impulsa menos restricciones a la libertad de expresión, mayor desregulación, estados más eficientes y un retorno a valores tradicionales, como la familia, la propiedad privada y la libertad individual. En términos energéticos, destaca la reafirmación del petróleo como fuente principal de energía, acompañada de una reducción de controles ambientales.
Otro tema de especial relevancia es la posible designación de los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Internacionales, lo cual podría transformar la estrategia contra el crimen organizado. Este cambio fomentaría una mayor cooperación bilateral entre México y Estados Unidos, con estrategias más eficaces, basadas en inteligencia conjunta y seguimiento financiero a las organizaciones criminales. En este contexto, las nuevas políticas de seguridad implementadas por Claudia Sheinbaum, centradas en la recuperación de territorios, podrían fortalecer la posición de México ante su vecino del norte.
La migración irregular desde México hacia Estados Unidos sigue siendo un desafío central en la relación bilateral. Este fenómeno ha generado tensiones durante décadas y ha intensificado los debates en los últimos años. Es fundamental abordar las causas raíz de este problema, fortalecer las vías legales de migración y reconocer el impacto humanitario y económico que los migrantes aportan a ambas naciones. En este sentido, el sector privado mexicano ya ha reafirmado su compromiso de contribuir a enfrentar los desafíos migratorios y aprovechar las oportunidades que este fenómeno representa para fortalecer la economía nacional, en particular mediante la reintegración de los migrantes en la vida económica del país.
En el ámbito comercial, la relación entre México y Estados Unidos, impulsada por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), es una de las más importantes a nivel global. Este acuerdo ha sido un motor de crecimiento económico para ambos países, pero también enfrenta desafíos. Entre ellos, destaca la importancia de México como plataforma de producción para empresas estadounidenses, así como la vulnerabilidad de las cadenas de suministro ante shocks externos. Además, millones de migrantes mexicanos contribuyen significativamente a la economía norteamericana, fortaleciendo aún más los lazos económicos entre ambos países.
La relación entre México y Estados Unidos es compleja y multifacética. La clave para superar los desafíos y aprovechar las oportunidades radica en priorizar la diplomacia y la negociación, fomentando el diálogo y la cooperación como herramientas para resolver diferencias y construir una relación basada en el respeto mutuo. Asimismo, es fundamental fortalecer la alianza con el sector privado, que desempeña un papel crucial en la creación de empleos, la innovación y la promoción del comercio. De igual manera, la participación activa de la sociedad civil es indispensable para construir una agenda bilateral que beneficie a ambas naciones.
Fortalecer la relación entre México y Estados Unidos es esencial para enfrentar los retos compartidos y aprovechar las oportunidades que este vínculo estratégico ofrece. Solo mediante el trabajo conjunto, el diálogo abierto y la colaboración efectiva se podrá garantizar un futuro más próspero y seguro para ambos países.