La propuesta de tregua establece que los soldados israelíes tienen un plazo de 60 días para retirarse de forma gradual de las zonas ocupadas en la incursión terrestre lanzada hace dos meses. Más de 1,2 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares, especialmente desde que a mediados de septiembre Israel decidió, con un aumento significativo de los ataques iniciados con la sorpresiva explosión de varios miles buscapersonas del grupo proiraní, acabar con la escalada y la guerra de desgaste impuestas por Hizbulá el 8 de octubre de 2023 como apoyo a Hamas y Gaza.
El ministro de Exteriores de Líbano, Abdalá Bou Habib, adelantó el despliegue de unos 5.000 soldados en el sur para evitar la presencia armada de Hizbulá que deberá replegarse al norte del río Litani. Los efectivos de FINUL deberán ayudar a las tropas libanesas para hacer cumplir un acuerdo basado esencialmente en la resolución 1701 aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU tras la guerra del 2006.
Tampoco los 60.000 israelíes aún evacuados a raíz de los ataques de Hizbulá en el último año volverán pronto a sus casas. El gabinete de seguridad, que aprobó la tregua con el voto de 10 ministros a favor y uno en contra, no ha hecho un llamamiento para su vuelta ya sea porque las infraestructuras y casas están muy dañadas como por la fragilidad del alto el fuego establecido por un texto que incluye puntos potenciales de fricción e incertidumbre.
“Acogemos con satisfacción el alto el fuego que alcanzamos con la ayuda de Estados Unidos y Francia. El entendimiento mutuo es un paso fundamental hacia la paz y la estabilidad en el Líbano y el regreso de los desplazados”, afirmó el primer ministro libanés Najib Mikati enviando un mensaje a su país vecino: “Exijo que el enemigo israelí se comprometa plenamente con la resolución 1701, que se retire y se comprometa con la resolución 1701”, añadió mientras Hizbulá, que recibió también la luz verde para el alto fuego, señaló anoche: “Queremos poner fin a la agresión pero no a expensas de la soberanía del Estado”.
Al menos 3.800 libaneses han muerto en los ataques israelíes, en su mayoría en los últimos meses, según el ministerio de Sanidad en Beirut. En Israel, que estima en alrededor de 2.500 la cifra de efectivos muertos de Hizbulá incluyendo su veterano y poderoso líder Hassan Nasralá, han muerto 125 personas (entre ellos 46 soldados en la operación terrestre en sur del Líbano y el resto civiles y militares en el norte del país por los proyectiles, misiles y drones disparados por la milicia) según el recuento de la radio militar.
“Con el pleno entendimiento de Estados Unidos, mantenemos plena libertad de acción militar. Si Hizbulá viola el acuerdo y trata de armarse, atacaremos”, afirmó el primer ministro Benjamin Netanyahu ante las críticas de muchos habitantes y líderes de localidades cercana al Líbano que lamentan que “no ha aprovechado la oportunidad para acabar completamente con Hizbulá” y advierten, en palabras de uno de los alcaldes de la zona fronteriza, que “los terroristas se armarán de nuevo y volverán cerca de nuestras casas aprovechando la vuelta de los civiles chiíes a sus casas como hizo tras la guerra del 2006 ante la absoluta pasividad del ejército libanés y la fuerza de observación de la ONU”.
“Me dicen que Hizbulá se mantendrá en calma durante un año o dos para fortalecerse y luego nos atacará. Pero Hizbulá violará el acuerdo no solo si nos dispara, sino también si obtiene armas para dispararnos en el futuro. Y a cualquier violación, responderemos con fuerza”, añadió Netanyahu en una intervención televisiva paralela a la reunión de gabinete y antes de que Biden confirmara el acuerdo que cesa “el devastador conflicto” entre Israel y Hizbulá.
“No se permitirá, subrayo no se permitirá, que lo que queda de Hizbulá y otras organizaciones terroristas vuelvan a amenazar la seguridad de Israel”, declaró expresando su deseo de que los civiles israelíes y libaneses en ambos lados de la frontera “pronto podrán regresar sanos y salvos a sus comunidades y comenzar a reconstruir sus hogares o escuelas, sus granjas, sus negocios y sus propias vidas”.
Como en la consecución del alto el fuego, Estados Unidos tendrá un papel decisivo ahora y no solo porque encabeza la comisión internacional de supervisión del acuerdo en la que se encuentran algunos países árabes y europeos.
Biden anunció nuevos esfuerzos para lograr también un alto el fuego en la devastada Franja de Gaza, bajo masiva ofensiva por tierra y aire de Israel en respuesta al ataque terrorista de Hamas del 7 de octubre del 2023. “Y así como el pueblo libanés merece un futuro de seguridad y prosperidad, también lo merece el pueblo de Gaza. Ellos también merecen que se ponga fin a los combates y a los desplazamientos”, señaló Biden para enviar un mensaje al grupo integrista que se queda ahora sin el apoyo de Hizbulá en el norte: “Demasiados civiles en Gaza han sufrido demasiado y Hamas se ha negado, durante meses y meses, a negociar de buena fe un alto el fuego y un acuerdo sobre la toma de rehenes. Debe tomar ahora una decisión. Su única salida es liberar a los rehenes (101 secuestrados aún en cautiverio), incluidos ciudadanos estadounidenses, que tiene secuestrados y, de paso, poner fin a los combates, lo que posibilitaría el aumento de la ayuda humanitaria”.