Elecciones 2024

Ineficaz, adj. Dícese de lo que no está
calculado para favorecer nuestros intereses. (A. Bierce)

Las banderas y adornos tricolores invaden las plazas principales de las ciudades, las mexicanas y mexicanos activamos el modo patriótico y nos preparamos para darle rienda suelta a la pozoliza, los chiles en nogada y todo lo que sea pretexto para las reuniones de noches mexicanas, sin dejar atrás la dotación de bolillos por aquello de los temblores.

Y como prólogo a este nacionalismo septembrino, se viene el proceso electoral más grande de la historia, donde estaremos eligiendo, probablemente, a la primera presidenta, 128 representantes en el Senado y 500 en la Cámara de Diputadas y Diputados.

A nivel local, los estados elegirán nueve gubernaturas, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, Yucatán y Ciudad de México.

Además de la renovación de los congresos locales, con excepción de Coahuila y la elección de autoridades en los ayuntamientos o figuras similares, como alcaldías o juntas municipales.

En este juego, además de las figuras políticas que se adelantaron ligeramente a las fechas (sí, ya están en precampañas), los grandes responsables de la organización de las elecciones son el INE y los Institutos locales electorales en los estados.

Menuda tarea tiene en frente la Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei, pues llegó a un Instituto con un sector bastante identificado ideológicamente con los ex consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Y al exterior se enfrentará a descalificaciones de quienes siguen acusando al INE de su afinidad por la derecha.
Y entre ese estire y aloje político al interior del Consejo General, deberá tratar de lograr que los Institutos Locales funcionen y logren coordinarse al ritmo que determine el INE.

Sin duda, una losa muy pesada que deberán cargar las nuevas consejerías del INE, a quienes en nada ayudan los conflictos locales que tengan los OPLES para su autoorganización, pero del caso Oaxaca, ya nos tocará hablar después.

Y como si no bastara la coordinación para una jornada electoral exitosa. Para este proceso, se deben jalar los cabellos para organizar nuevas figuras, como lo son el voto en prisión preventiva, voto anticipado y el voto de mexicanas y mexicanos residentes en el extranjero, que para el caso de Oaxaca, se verá reflejado en la figura de la diputación migrante o binacional.

¿Y qué significan estos retos?

Contar con un padrón actualizado de las personas en prisión preventiva recluidas en los penales, definir la forma de votación (electrónica o en urna), garantizar la integración de las casillas, las capacitaciones y la seguridad para el ejercicio del voto y de las personas funcionarias.

Para el voto anticipado, en el que se espera una participación cercana a las 11 mil personas, de acuerdo a declaraciones del presidente de la Comisión de Organización Electoral del INE, Jaime Rivera Velázquez, se requiere, además del proceso de credencialización, contar con las boletas con anticipación para el voto postal de quienes integren la lista nominal de personas en estado de postración.

El voto de personas residentes en el extranjero, también es un esfuerzo monumental, pues el INE señala que se podrá ejercer este derecho a través de internet, voto postal o de forma presencial.
En Oaxaca, como dijimos, el resultado de este ejercicio se verá reflejado con lo que será una diputación migrante o binacional, a través de la lista de representación proporcional de los partidos políticos, es decir, la decisión está en manos de los partidos.

Todas estas nuevas figuras implican, ajustarse a los tiempos que señale el INE, contar con el material y documentación necesarios en las fechas indicadas, imprimir con anticipación y no a las carreras, como luego se acostumbra en algunos Institutos locales.

El problema es mayúsculo si ponemos en la mesa que en el 2024 todo el país tendrá elecciones, todos los estados necesitarán imprimir las boletas y todos los Institutos deberán explicar bien clarito, cómo y en qué se gastarán los millones que solicitarán.

Así la otra cara del proceso electoral, la operativa, la que debe lidiar con ampliaciones de plazos para registro de candidaturas, la que debe integrar a sus órganos desconcentrados, la que exigirá el cumplimiento de acciones afirmativas a los partidos, a la que le tocará recibir las críticas por decisiones incómodas para uno u otra fuerza política.

Por otro lado, velar el cumplimiento de las reglas por parte de los actores políticos y el regaño de éstos cuando, los mismos no las cumplan.

Sí, es un gran proceso que será vigilado como nunca por morenistas, la oposición y una ola de extrema derecha que la oligarquía cree poder controlar.

 

@argelrios

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