Tarana Burke, fundadora de #MeToo, habla sobre el futuro del movimiento
Como parte de la serie Hope de Vogue, Burke, fundadoa del movimiento #MeToo, rinde homenaje a las vidas de los activistas por los derechos civiles que han estimulado su compromiso por poner fin a la violencia sexual de una vez por todas.
(www.vogue.mx).- El trabajo del Movimiento #MeToo está profundamente motivado por la esperanza. Si yo no pudiera tener esperanza en que el final de la violencia sexual es posible, si no pudiera esperar que las vidas de las personas negras pueden cambiar o que las personas marginalizadas podrán tener justicia, entonces no habría razón para seguir trabajando. Tenemos que tener, como dijo el expresidente Barack Obama, la audacia de la esperanza para poder hacer que todo esto funcione. Hay algo muy audaz en el hecho de tener esperanza frente a la supremacía blanca, el patriarcado y la opresión, porque parecen tan abrumadores, dominantes, omnipresentes. Pero encontramos estos pequeños rayos de esperanza que nos recuerdan que eso no es verdad.
Black Lives Matter nos ha enseñado cómo funciona un movimiento
Una de las cosas que me han impactado más durante los últimos tres años en los que #MeToo se convirtió en algo realmente visible es lo poco que las personas entienden sobre los movimientos, y lo rápido que le ponemos la etiqueta de “movimiento” a algo. Si algo se hace viral, es un movimiento. Y entonces, por esa misma razón, la gente se decepciona cuando no hay resultados rápidos. Pero Black Lives Matter nos ha mostrado cómo funciona un movimiento. Cuando emergieron en 2013, el movimiento por las vidas negras se vio rápidamente formado por múltiples organizaciones. Se tomó el trabajo tanto de entrenar a una nueva generación como de llevar adelante la misión, la esperanza y las lecciones de movimientos del pasado.
Ahora tenemos otra vez este descontento político y este alzamiento de la gente y veo desplegarse a un movimiento verdaderamente metódico y reflexivo. No se trataba solamente de un grupo de personas juntándose, haciendo pancartas y protestando; gente alrededor de todo el país estaba ya lista para este movimiento porque han estado trabajando consistentemente durante los últimos cuatro o cinco años para llegar hasta aquí. Esto, para mí, evoca a los movimientos del pasado, por lo que me siento tan animada por lo que el Movimiento para las Vidas Negras ha logrado. Muchos no entendían por qué se estaban involucrando en las elecciones locales hasta que la Alcaldía de Minneapolis propuso retirar los fondos a su departamento de policía: los miembros de la comunidad se unieron a los concejales para poder tomar ese tipo de decisiones.
Espero que #MeToo tenga la misma oportunidad. La gente no sabe del trabajo que estamos haciendo detrás de bastidores — alianzas, negociaciones, elaboración de estrategias —, pero cuando se trate de involucrar al público, estaremos mucho más preparados de lo que estuvimos la mañana después de que la etiqueta en redes #MeToo se hiciera viral. Así es como funciona verdaderamente un movimiento. El Movimiento para las Vidas Negras y las organizaciones que han sido parte de él han hecho un gran trabajo en dinamizar al mundo.
El futuro de #MeToo
Con #MeToo, mi mayor deseo es que la gente entienda que esto se trata de sanar y de actuar. Esto es tanto para la gente que ha dicho ‘Yo también’ (Me Too), como para evitar que más personas tengan que decir ‘Yo también’. Levantamos este movimiento gracias a sobrevivientes, a personas que han sufrido estas indignidades y a quienes se les ha secuestrado su condición humana. Pero para que podamos alzarnos en la línea de fuego, testificar ante la justicia, contar nuestras historias, tenemos que poder sanar. Para las personas que han sufrido violencia sexual, esto es un movimiento para asegurarnos de que todos podamos tener lo que necesitamos para tener nuestras vidas completas, para poder vivir vidas donde nuestra dignidad esté intacta y nuestra humanidad plena.
Por otro lado, se trata también de la acción. Millones de personas han dicho ‘Yo también’, y cuando pienso en ellas, no pienso en ‘víctimas’. Pienso en un pequeño ejército con una experiencia compartida. Aún cuando se trata de una experiencia horrible, es algo en común y podemos construir a partir de allí. Movimiento y comunidad están hechos de la misma manera: de la experiencia, las necesidades y los objetivos que compartimos.
Lidiar con la violencia sexual no se trata de acabar con los perpetradores individualmente. Se trata más bien de desmantelar los sistemas de poder y privilegio que permiten la violencia sexual. Las personas sobrevivientes de violencia sexual que han sanado son más propensas a liderar esas acciones. Sabemos que quienes lo han vivido deben estar en el centro a la hora de liderar el trabajo para acabarlo.
Aprender del pasado
Pasé muchos años en Selma, Alabama, donde trabajé en el National Voting Rights Museum and Institute, así que estoy muy conectada con el movimiento por los derechos civiles. Aunque no era cercana al fallecido congresista John Lewis, lo conocí y lo vi muchas veces, pero el ministro y líder de los derechos civiles, el Reverendo CT Vivian, quien también falleció este mes de julio, fue muy cercano a mí y a mi familia, y fue un mentor. Recientemente he estado pensado en lo que me enseñó, en cuáles son las lecciones que aprendí de él.
Tenemos que seguir firmes, constantes, comprometidAs.
El Reverendo era tan consistente. Estaba claro en que lo que él creía estaba bien, y que su visión de la justicia y la paz en el mundo estaban del lado correcto. Y estuvo comprometido hasta el día en que cerró sus ojos, de una manera que refleja mucho la de otros líderes y gente de su época. Es el tipo de compromiso que le permitió a las mujeres negras pobres de Alabama caminar al trabajo durante un año durante el boycott Montgomery [una protesta por los derechos civiles que tuvo lugar entre 1955 y 1956, cuando las personas negras se rehusaron a tomar los autobuses de la ciudad para protestar por los asientos segregados]. No sé de qué estaban hechos, pero he estado tratando desde hace mucho tiempo de ser un poquito así.
Siempre pienso en el Reverendo cuando estoy cansada, porque él diría: ‘Estamos cansados, pero seguimos presionando’. Estamos en un momento emocionante. La gente sigue comparando esto con los años 60… Las cosas están cambiando. El movimiento se está dando a un ritmo que es bueno para nosotros. Pero estoy muy clara que en los 15 años antes de este momento y probablemente durante muchos años después, puede que no tengamos este movimiento, pero tendremos que seguir siendo tenaces. Tenemos que seguir firmes, constantes, comprometidos. En el momento en el que tienes claridad de visión y sabes que estás en el lado correcto de la historia, puedes seguir avanzando hacia adelante.
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