Así llenó Erasmo Ponce de tortillas los estadios de los Yanquis y los Gigantes en NY

Agencia Forbes

Erasmo Ponce, fundador de la empresa Tortillería Chinantla, narra que llegó a Estados Unidos con 20 dólares en la bolsa y ahora factura miles de dólares por la venta de entre 25 y 30 toneladas de tortillas diarias en Nueva York y otras ciudades.

El empresario poblano, quien llegó en la década de los 80 a radicar a Nueva York, es uno de los mayores proveedores de tortillas consumidas en tacos y totopos en los Yankee Stadium y Metlife Stadium, así como en tiendas y supermercados de Nueva Jersey, Pennsylvania, Delaware, Maryland, Toronto, Quebec y Ottawa.

“Este año estamos tratando de negociar con El Citi Field, que es el estadio de los Mets”, señala en entrevista exclusiva con Forbes México.

La incursión de Tortillería Chinantla en la venta en los estadios de beisbol de los Yanquis y futbol americano de los Gigantes fue cuesta arriba, ya que enfrentó el poderío de productores consolidados como PepsiCo y Coca Cola.

Durante los días del Super Bowl se dispara la venta de tortillas y totopos para la Tortillería Chinantla, a pesar de que en algunos lugares no pueden vender por el poderío de Frito-Lay, una empresa filial de PepsiCo encargada de fabricar y comercializar chips de maíz, papas fritas y otros aperitivos.

“PepsiCo no nos deja (entrar a varios mercados): ellos hacen muchas promociones y nosotros no podemos entrar, así como ya tienen contratos establecidos de que ellos son los patrocinadores oficiales y eso nos impide entrar”, declara el arquitecto egresado de la UNAM.

“Las ventas de tortillas aumentan entre 5 y 7% durante la semana del Super Bowl, pese a que Coca Cola y PepsiCo tienen acaparado el negocio y están muy fuertes. Sí les hemos quitado varios lugares y clientes a Coca Cola y PepsiCo, lo cual a nosotros sí nos conviene, porque aumentamos el volumen de producción de tortillas”, agrega el emprendedor mexicano.

Cada vez que le preguntan sobre su negocio en Nueva York, Erasmo Ponce expresa una satisfacción muy grande, porque siempre le han dicho que ese mercado es para empresas estadounidenses.

“Era inimaginable que una empresa mexicana pudiera meterse a vender tortillas en Nueva York, incluso mucha gente radicada en México nos dice ‘oye, qué chingón eres por estar en esos barrios vendiendo”, presume al otro lado de la línea telefónica, mientras apura el paso para ordenar y preparar la salida de varias cajas de la materia prima de los tacos y totopos.

“Y siempre les respondo: ‘Estamos trabajando muy fuerte para dejar huella de que nosotros los mexicanos no venimos a pedirle nada al gobierno, sino a contribuir a la economía de Estados Unidos y generar fuentes de empleo’”, destaca el productor de tortillas.

Ponce indica que, además, logró romper los estereotipos para vender tortillas en los estadios y en los lugares exclusivos del centro de Manhattan, como el hotel Península y otros hoteles de lujo. Ahí las tortillas y los totopos son servidos con guacamole y otras veces con salsas.

“Yo pensaba tener una fábrica chiquita para distribuir en el barrio de Brooklyn, pero nos esmeramos para competir y hacer bien las tortillas”, expresa el tortillero mexicano, quien comenzó a dar sus primeros pasos con una máquina muy vieja. A los cuatro años la quitó y compró unas de última generación que produce miles de tortillas cada hora.

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