AMLO y el pueblo
Apoteosico. El líder echó cerrojo a su primer trienio, repasando sus actividades realizadas, en proceso y sus compromisos político/económicos al futuro, condicionados a la Revocación o Ratificación de Mandato.
El escenario no pudo ser mejor, el histórico y espléndido Zócalo “del ombligo de la luna”, repleto de ciudadanos que coreaban sus palabras y cuyo eco sacudía el ambiente. Alguien recordó las acartonadas sesiones de la Cámara de Diputados del pasado.
Con elogios y ovaciones casi cronometrados mientras “El Señor vanidoso” desde la tribuna pontificia mostraba su satisfacción. Después el cortesano “besamanos”.
Ayer machumbró una nueva forma de comunicación Pueblo-Gobernante que se logra con un fuerte vínculo de identidad. Credibilidad del segundo y confianza del primero. Sencillo, no?.
En este sexenio pero el pueblo acudió masivamente y refrendó la autoridad que reconoce de su líder. Miles de ciudadanos impedidos por los años y la salud mediocre, estuvimos con nuestro Pueblo, distantes no ausentes.
Casualmente leía “El pensamiento político de la derecha” de Simóne de Beauvoir. Sus páginas son guías claras para comprender que el nazismo brutal que padeció y que rebrota en el mundo es la bandera cada vez más representativa de la burguesía decadente de nuestra época. Sus rasgos iniciales se identifican por negar la existencia del pueblo. Repudian sus exigencias colectivas y le llaman “las masas”.
Los politicastros “las bases” obligados a respetar “la línea” proveniente de “arriba”. Los militantes dudan si son órdenes del Olimpo o de Dios! La burguesía mantiene su desprecio por los de abajo e identifica sus demandas como provenientes de ignorantes y pobres por flojos, incapaces y andinos. Sus “filósofos” de pacotilla menosprecian al Pueblo, lo identifican con semovientes que responden a estímulos como el perro de Pavlov. Apenas le reconocen capacidad sensorial.
Pero contra esa versión clasista, los pueblos han mostrado su presencia histórica, han dejado huellas que desde los pueblos originales crearon bases para las sociedades más desarrollada. Esto dice Simóne de Beauvoir es imposible soslayar. Pero algunos “filósofos” al servicio de la Ers de la burguesía se mantienen tozudos desde su torre de marfil o de patota.
Ayer a mi juicio fue la identificación de un Pueblo con su Líder. Seguro hoy empezará la jauría que la autora francesa denunció en su tiempo. Pero ayer se dejó otra marca en una sociedad que, dirán los detractores, es acarreada. Si acarreada por vivencias. Por esperanzas y realidades. Y dijo el talentoso anarquista Pedro Kropitkin que es muy importante comprobar la alegría y esperanza del Pueblo del Soberano.
Viva el Pueblo de México