AMLO y la UNAM
Hoy el presidente insistió sobre temas de la Máxima Casa de Estudios. Sobre nuestra UNAM. Tema que ha incomodado a la nomenclatura dirigente desde hace decenios de su conducción.
Se quedó corto el presidente. Una anécdota reciente refleja la supeditación voluntaria de los rectores al neoliberalismo destructor que imperó en México. A inicios del
“peñascato” invitaron a Narro a incorporarse al gabinete. Se negó y a mi juicio para “medir el agua a los tamales” permitió que Enrique Del Val, valioso universitario y secretario general de la UNAM se incorporó como Subsecretario de Educación con el dipsomano Chuayfette como jefe.
No lo aguantó y a los pocos meses renunció. Peña no cejó en su intento de adornarse e invitó a Narro como Secretario de Salud. Éste mostró su zalamería en la primera ocasión exclamó que “Conservaba con gran afecto su carnet de afiliación al PRI, logrado hacia cosa de 40 años”.
Ingenuo el exrector reiteró su docilidad a un partido que para entonces revelaba las pústulas de la Corrupción desaforada. Narro no ignoraba la historia negra del Grupo atracomucho, conocía la catarata que dijeron sucio conque Peña llegó a Los Pinos, sabía que era un retoño del Chupacabras Salinas, conocía el saqueo al país y su extranjerización horrenda. Con todo y eso se incorporó a las filas del peñascato y del PRI y para vergüenza de los universitarios aceptó cumplir como secretario el papel de matraquero priista al representar al PRI como responsable de las elecciones presidenciales en uno de los Municipios del Estado de México, conurbado al DF.
Después conocimos sus negocios desde la Secretaría de Salud en la compra federal de medicamentos. ¿Qué más podemos esperar al que procede como capo de tutti cappi? ¿Estará la UNAM en manos pulcras? ¿Tiene o no derecho la sociedad mexicana que paga el costo de la UNAM para conocer como ejercen los recursos públicos que la sostienen.