Desconfianzas latinoamericanas

La confianza genera esperanza y seguridad; y tarda años en crearse y, en algunos casos, se pierde en segundos. El continente americano es la región en el mundo más desconfiada de la tierra, comparada con África, Asia y los países árabes, de acuerdo con el Estudio Mundial de Valores (www.worldvaluesurvey.org ) y con los Barómetros de Opinión (www.globalbarometers.org). Datos duros indican que, en promedio, los latinoamericanos depositamos 20 por ciento menos de confianza en nuestras instituciones políticas.

 

Pero las desconfianzas latinoamericanas, no se agotan en las instituciones y asociaciones políticas, sino en las relaciones interpersonales que van en aumento: Uruguay es el país que confía más en las personas (21%), seguido por México (18%), y en los últimos lugares Brasil, Venezuela y Nicaragua, donde menos de uno de cada 10 ciudadanos confía en otra persona, sin que siquiera esté involucrado en un cargo público. En otras palabras, los mexicanos, no confiamos en la persona que viaja a un lado de nosotros en el metro o camión. “A partir de estos datos se puede sostener que en América Latina “el otro”, aquel ser humano vecino, pero no conocido es, fundamentalmente, una persona de la cual hay que desconfiar”, de acuerdo con “Latinobarómetro Informe 2021”.

 

Por otra parte, en este reporte se muestra que en un hipotético caso en que haya dificultades de gobernabilidad, la población delega al Presidente, el control de los medios de información (34%); estos datos dimensionan el apoyo al autoritarismo latinoamericano. Por país, El Salvador encabeza la lista (66%), seguido por Guatemala y República Dominicana (49%), y México y Perú empatan con 40 por ciento. Esta información fortalece la frase de que, en América Latina a los presidentes, algunas personas los miran como emperadores o tlatoanis.

 

Ya casi para terminar, otra variable que refleja la desconfianza latinoamericana, son las respuestas a la pregunta de “¿Dónde suele Ud. expresar sus opiniones sobre los problemas del país o Ud. no suele hacerlo?” El 48% dice que no lo hace. En casos particulares, el 67% de los nicaragüenses no ejerce ese derecho —lo que es comprensible debido, a los efectos del gobierno con rasgos dictatoriales de Daniel Ortega—. Llama la atención que Venezuela, que es comandada por otro dictador, manifieste menor miedo para hablar (45%), y por último, Chile, con un pasado reciente de gobierno militar, es la nación donde existe menos miedo de expresar opiniones políticas (19%).

 

El reporte concluye que “fue ingenuo creer que la consolidación de las democracias en la región sería lineal; no se pensó en el desarrollo de las élites y su desempeño, sino en su desarrollo normativo e institucional. Las democracias latinoamericanas han tenido la resiliente complicidad de sus pueblos para resistir las inconsistencias, los abusos, las imperfecciones, el personalismo y el individualismo de las élites de la región… Hay cuatro países frágiles en su democracia en Centroamérica. Reúnen una combinación proclive a las actitudes autoritarias que… producen apoyo a gobernantes que cruzan la línea de lo aceptable para una democracia y el inicio de una autocracia… encontramos (a) Paraguay, Brasil, y México entre otros con indicadores débiles y mixtos que los hacen vulnerables”. Aunque en las encuestas y en Palacio Nacional haya otros datos.

Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM, @gersonmecalco

 

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