$500 millones de dólares de burritos
En junio, Guzman y Gomez debutó en la bolsa de valores de Australia. Desde el primer día —en lo que terminaría siendo el IPO más exitoso en ese país en tres años— el precio de sus acciones se disparó y la empresa alcanzó un market cap de casi 2 mil millones de dólares.
¿Y a qué se dedica esta empresa? Pues es nada más y nada menos que una cadena de restaurantes de comida mexicana. Tienen 220 restaurantes, en donde venden principalmente burritos; en 2023 sus ingresos superaron 500 millones de dólares.
Guzman y Gomez fue creada por Steven Marks en 2006. Originario de Nueva York, Marks comenzó su carrera en Wall Street y luego en Londres, pero a los 27 años decidió que quería emprender y se mudó a Sídney con la idea de arrancar un hotel.
Estando ya en Australia, y mientras intentaba desarrollar su proyecto, extrañó la comida mexicana. En una entrevista a CNBC, el emprendedor contó que tanto en NY como en Londres se acostumbró a la comida mexicana —algo que en Australia simplemente no encontraba.
Puso pausa a su proyecto del hotel y prefirió jugársela con un concepto de casual dining con platillos e ingredientes mexicanos. Los primeros años creció lentamente, pero para 2016 comenzó a expandirse a otros países. Hoy, además de Australia, están presentes en Singapur, Japón y Estados Unidos. Es una organización de 30 mil empleados.
Hace casi dos años publicamos en Whitepaper un artículo en el que analizábamos por qué es que las cadenas de taquerías en nuestro país se topan en un cierto tamaño y no hay alguna que haya realmente triunfado fuera de México.
Casos como el de GyG —y Chipotle, por supuesto— demuestran que la comida mexicana es sumamente popular fuera de nuestro país. ¿Qué es lo que ha impedido que veamos una marca de taquerías dominar otros mercados y llegar a este tipo de escala?
Ojo: el market cap de GyG ha seguido aumentando y hoy está más cerca de 2 mil 700 millones de dólares. Eso es más que el de empresas como Televisa, Herdez y Volaris, o muy similar al de Banco del Bajío.
Por otro lado, vale la pena destacar que los empresarios mexicanos sí han demostrado una gran capacidad para operar restaurantes a escala global —solo que con franquicias y marcas de alguien más. Alsea tiene más de 4 mil 600 restaurantes y está en países como Bélgica, España y Chile. Finaccess tiene como 2 mil 700 restaurantes en lugares como Arabia Saudita, China y Nueva Zelanda. Sin embargo, ninguna de las dos se especializan en conceptos mexicanos: se han hecho gigantes operando Starbucks, Domino’s, Pizza Hut y KFC (entre otras).
Ahora vienen, en el otro extremo, casos como el de Grupo Hunan, Grupo Costeño o Grupo Carolo: organizaciones mexicanas que han estado desarrollando conceptos de restaurantes y que, después de crecer en nuestro país, están ya expandiéndose a EU (y en el caso de Costeño, también a España).
Es difícil creer que México podría convertirse en una potencia en temas de diseño de microprocesadores o que de aquí saldrán las futuras empresas de exploración espacial. Ojalá y sí lo fuera, pero es poco realista suponerlo. Por otro lado, no hay nada que objetivamente impida que de nuestro país surjan las grandes marcas de comida mexicana —es más, es el colmo que no haya sido todavía el caso. Y ya que estamos en eso, ¿qué falta para que nazca aquí la gran marca premium de hoteles? ¿O de moda? ¿O de producción de series y películas?
Opinión – René Lankenau
Milenio